La encontré, entre viejos rebujos, en una rinconera.
Absolutamente virgen, impoluta.
Nadie la había conocido jamás…
Aunque adulta, era candorosa, era distinta.
Calladamente, esclarecida, como una alborada en el desierto.
Agachada y enmudecida, suplicaba trazos.
Mi humilde tinta, yacía seca.
Ni para tildes…
Después de tumbarse, con un exuberante pétalo,
de membretes dorados.
Les contaré, lo que sucedió...
La llevé a casa, en mis brazos.
La recosté en la cómoda.
La consolé dócilmente.
Le entregué, todas las las, con que se atavía a una hoja.
Le prometí un amor intachable.
Nunca, nunca, tentaría a ninguna otra…
Lógicamente, eso era mentira.
Aunque ingenua, mi tesoro comprendió…
Que ese era mi trabajo.
Lo que le pude cumplir,
Es que, sobre su piel,
Escribí, sin borrones, nuestra historia.
Y son estas lindas letras,
Que a ninguna otra, le volveré a decir…
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2022 a las 23:12
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: MISHA lg, Alberto Diago, María C., Aliscrist ✨, Antonio Miguel Reyes, alicia perez hernandez, heguel C.A, Martha patricia B
Comentarios2
Hermoso versar poeta lleno de amor a la hoja ....
gracais por compartir
Lo que le pude cumplir,
Es que, sobre su piel,
Escribí, sin borrones, nuestra historia.
Y son estas lindas letras,
Que a ninguna otra, le volveré a decir…
besos besos
MISHA
lg
La hoja blanca espera
que la pluma deje en ella su historia impresa.
Un abrazo
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