Agobiada la musa se pierde
en la profundidad de la psiquis,
por más que la busque
no puede emerger.
Ocupan ese lugar las pupilas
danzando en la oscuridad,
al éstas implosionar fluyen
imágenes en claroscuro.
“Un pétalo murano
de color rosa matizo
y una mujer con el torso desnudo
mirando a un costado”.
Las pupilas ensimismadas
se sumergen en sueño profundo
dando paso
a la musa extraviada.
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