Hace ya bastante tiempo que me he dado cuenta, de haber dejado
atrás la niñez, sin apenas desearlo. Jamás quisiera perder sin motivos
ese tren que transporta tantos momentos vividos. No se si pretender
evitar, que llegue la ocasión de sentirme robado al despetar cualquier
mañana, ¿es mucho pedir? Mi sana intención y mayor alegría es poder
recobrar la paz y regresar al amarillo limón, de mis sueños pasados.
En estos precisos momentos la lluvia moja mi corazón con el agua
de la nostalgia.
Comentarios1
Aquí, dentro de mi casa también llueve.
...y es lluvia salada.
Cae en mi rostro.
Tal vez algún recuerdo,
Está haciendo estragos.
Un saludo.
Gracias por tu comentario, lo que puedo decirte es, que en ciertos momentos suceden situaciones
como la que has descrito en tu escrito. De ser así, hay que hacer de tripas corazón.
Un saludo
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