Te volviste presente en un sueño.
¿Llegaste a tranquilizarme o afirmarme?
Estoy en paz dijiste con tu acento costeño.
Estoy en paz y te despediste sin nombrarme.
Aún te extrañamos, pero las cosas siguen bien
Podría decirte que nada nuevo sucede
Pero sería mentirnos y con los difuntos así no se procede
Aún te extrañamos y te pensamos también.
Que injusto el destino contigo
Tu que siempre fuiste claridad y firmeza.
Maldito el día que guardaste silencio por tristeza.
Siempre plena, alegre y radiante de firmeza.
Que la envidiosa parca osa privarnos de tu entereza.
Maldito decápodo, nos la arrancaste sin tibieza.
Aurelia, cual roble diste ejemplo de fortaleza.
- Autor: César Ortega. ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2022 a las 04:09
- Categoría: Familia
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Genial tu bello poema
estimado poeta Cesar Ortega
Saludos de amistad de Críspulo desde España
El Hombre de la Rosa
Gracias por leerme, por el tiempo invertido. Me agrada que le guste mi poema, saludos maestro desde Guanajuato, México.
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