**~Novela Corta - Luz de Vela - Parte II Final~**

Zoraya M. Rodríguez

Si, Giulia, radica a la espera de que alguien descubra su cadáver en el elevador, y mientras tanto, ella continúa soñando en esa eternidad de luz de vela. Cuando en su afán de creer en el alma viva y no muerta quedó aún Giulia en ese elevador. Si en el alma de dar una sola verdad se intensificó la búsqueda innata de Giulia en ese elevador. Como en el ocaso de una tarde sus ojos quedan cerrados sin la luz de vela, sin la iluminación en plena oscuridad, y la claridad, y más en el alma se fue de la vida y más sin más se fue y con la luz de vela en sus propios ojos de color marrón como la miel. Porque en el instante de creer en el ocaso frío se fue de la vida Giulia como buscando una fuerza desde su propio interior que no obtuvo jamás. Cuando en el alma quedó como la luz de vela sintiendo el suave deseo de embriagar con alcohol a sus propias venas sangrando de dolor. Y con la pea en imaginación se dio con la conmísera existencia de haber perdido la vida en un momento y tan inocuo. Y Giulia perpetrando una salida en el elevador sin que nadie supiera de que ella está allí en ese elevador. Cuando en el instante se debate una sonrisa y los ojos llenos de luz de vela como la que Giulia encendía en su hogar para poder ver en plena oscuridad. Y se vio inocua, pero, intransigente como el viento poder volar lejos de allí en el cielo inalcanzable. Porque en el hambre nocturna de ese instante en que ella quedó varada alli en ese elevador y comenzó lo defectuoso de ese elevador fue cuando en el instinto de Giulia corre en ser como la pura verdad de que sí está varada allí mismo en el 5to piso. Si la luz de vela en derredor de sus propios ojos se vio automatizando la espera y tan inesperada de un espanto cuando ocurre el desastre del elevador y con Giulia adentro. Cuando en el ocaso frío de esa tarde embriagó a sus venas con una pea incontrolable y con un sólo desastre en  ser como la pura verdad de que se halla encerrada y sin libertad y sin salida en ese elevador cuando fue a comprar víveres para su alacena vacía. Y cuando ella adquiere el poder de sus ojos y con pea entre las venas decide abrir ojos a la intemperie de una sola soledad que le atraviesa hasta el alma. Cuando en el embate de dar con una sola solución se vio fría y tan letal como el hambre en el alma y con sus propios ojos de luz de vela en plena oscuridad. Cuando en el ámbito terrestre de un sólo poder en el alma quedó varada allí mismo en el elevador que la llevaría hacia adquirir víveres para su alacena vacía. Si Giulia se vio fría como inmortal en esa eternidad en que se fue en el sueño sólo pensando e imaginando su nueva vida en el tiempo de caducar en sus propios ojos la luz de vela que quiso en sus propios ojos de color marrón como la miel en plena oscuridad. Y esos ojos de luz de Giulia se vio aterrada y aferrada al instinto en querer amarrar el deseo de todo un sueño en querer amar a su propio recelo de vida. Cuando en el trance de la verdad se vio liberada, pero, sin la salida correcta y sin la debida esencia de su propia alma en querer salir de allí como toda diosa de los nuevos elevadores. Y sintiendo el desenlace fatal en querer vivir lejos de la realidad se vio abriendo ojos de luz de vela cuando quedó encerrada allí mismo automatizando la espera inesperada de creer en la fatalidad de morir sin vida y sin oxígeno en ese elevador. Y, Giulia, desesperada, inconsciente y muerta quedó allí como toda una diosa esperando en el trance perfecto en poder salvar a su vida de ese encierro total como la verdad inconsciente en poder creer en el alma a cuestas de la vil muerte. Cuando en el instinto en dar una seriedad en el ocaso frío se sintió como desapercibida la presencia de Giulia, se frisó su alma en el hielo más álgido de todos los tiempos. Cuando en el afán de creer en el alma viva de espantos nocturnos, y en ese suelo lleno de adoquines los recordó como un sueño pertinaz de creer en el instante de dar un sólo deseo en querer volver de la eternidad a la nueva realidad, pero, Giulia se halla muerta y más que eso encerrada en ese elevador. Y quiso abrir ojos de luz de vela cuando en el instinto se dedicó en ser como la aventura y como la desventura en ser como el nuevo visor de una mañana desértica como aquella vez en que quedó Giulia encerrada en ese trance imperfecto de un nuevo elevador que le retuvo el cuerpo encerrada allí mismo. Porque cuando Giulia se aferró y se aterró como la fría verdad, se sintió fría y mal inconsecuente e inconsciente como la verdad de que se siente como la sola verdad en que se entristeció el mal como un mal intransigente de dar una sola señal de muerte en el imperio de sus propios ojos de color marrón y de miel. Cuando en el ocaso frío se vio caminando el camino frío lleno de adoquines y por el zaguán en soledad, y se vio y más que eso como el torrente de edificar el alma fría en querer amar el trance perfecto de la esencia. Cuando en el delirio frío y tan nefasto como el mismo imperio se vio letal y mortífero como la fría verdad en querer automatizar de espantos la vida de Giulia. Cuando en el hecho de la verdad, se vio tan real como la misma muerte, y se identificó como el invierno frío como la esencia de una sola insistencia mortal y tan fría como que quedó encerrada allí y como un insistente altercado entre sus propios ojos de luz de color marrón como la misma miel. Cuando en el alma de Giulia penetra hasta el fondo de la eternidad cuando en su rumbo y en su mundo se vio tan hábil como vil la noche llena de oscuridad cuando su hogar se vio letal como soslayando en el tiempo frío de envenenar el ocaso frío. Cuando en el instinto de Giulia se vio como el mismo tormento álgido mirando el mismo camino de entregar el alma fría de envenenar el corazón de la misma Giulia, cuando en su afán de creer en el ocaso frío se sintió como todo zaguán con adoquines y dio a sus propios ojos en derredor y en derroche cuando en plena oscuridad abrió sus ojos de color marrón y de la miel de la abeja cuando cayó en cuenta de que se halla en su hogar enciendiendo la luz de vela con que se alumbra en plena oscuridad, cuando en el trance de la verdad quiso que sus ojos vieran la luz clara de la luz eléctrica sin llegar aún a su pueblo. Y así quedó, la vida de Giulia, con los adoquines en ese frío camino y encendiendo la luz de vela por siempre en su hogar en el pueblo oscuro sin luz.




FIN                                                                                               

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 16 de diciembre de 2022 a las 00:08
  • Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~Sinopsis: ~ * ~La luz de vela sólo son los ojos de la italiana Giulia en plena oscuridad, cuando quedó atrapada en un elevador…sola y abandonada quedó sin salir de allí… Mi #21 de novelas cortas en el año 2022…Mi #109 de novelas cortas hasta el año 2022…
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 12
  • Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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