Un suspiro antes de la extinción de los sueños, sobre la punta del iceberg florecerá una orquídea tan rematadamente hembra como para engendrar los placeres de la siembra.
Solo entonces las inmortales medusas traspasarán la frontera de la superficie marina para echar a volar bombeando el aire con la inconfundible elegancia de su desplazamiento, contrayendo incansablemente sus membranosas faldas. A impulsos aéreos volarán tan alto que pasarán por detrás del sol. Ninguna gaviota se atreverá a decirles que se vayan a su tierra a nadar porque la soberanía del cielo pertenece solo y exclusivamente a las estrellas.
Los leones y las gacelas firmarán un armisticio porque la carne fructificará en los árboles y los depredadores supremos ya no se verán en la obligación de matar para cubrir sus necesidades alimenticias. Los lobos ahogarán un aullido en la febril noche de los tiempos al presenciar como los muslos y contramuslos les caen en la cabeza de maduros en plena cosecha de papadas.
A las águilas se les curvará el pico hacia arriba para poder beber agua en pleno vuelo cuando llueva, permitiéndoles también esta nueva modificación desgarrar la base de las nubes en periodos de sequía para derramar su líquido vital sobre los bosques de árboles de la carne.
En cuanto a la humanidad se refiere, la selección natural completará su proceso de sofisticación simplificándonos al máximo la existencia. En lo referente a la anatomía, nos nacerá otro par de brazos en las caderas para ahorrarnos así el inconveniente de agacharnos para poder ponernos los zapatos. El corazón se nos extenderá hacia las cuencas de los ojos para posibilitarnos sentir más allá de lo que el egoísmo nos permite ver, desplazando los ojos hasta las orejas para darnos un ángulo de visión de 360 grados, gracias a lo cual podremos ver si las deudas nos persiguen sin necesidad de girar atrás la cabeza.
En lo referente a la parte metafísica, llevaremos una vida tan plena, que dejaremos de ver rodar una mata del desierto cada vez que nos miremos al espejo.
Mantendremos hasta el último momento nuestro espíritu de niños, eliminando la parte que nos llevaba a preferir destripar nuestro juguete antes de ver a Pedrito disfrutándolo, quedándonos solamente con la faceta más luminosa de la infancia; la de la inocencia y la ingenuidad. Llegaremos tan bellos hasta la morgue, que el maquillador de muertos pedirá la jubilación anticipada por aburrimiento.
Entonando la canción de la solidaridad, dejaremos de exigir lo nuestro para reclamar lo ajeno con un redoble de latidos de fondo. El chamán cavernario nos reunirá a todos los seres vivos para ponernos en contacto directo con nuestro antepasado común, y tanto mamíferos, como peces o invertebrados, recapacitaremos ante nuestro ancestro primigenio unicelular sobre los daños mutuos causados. Las bacterias se arrepentirán de habernos infectado, los tiburones de habernos comido, y nosotros de la escabechina generalizada. Las lágrimas postizas dejarán paso a cataratas de arrepentimiento y los lamentos impostados serán sustituidos por supurantes llagas de conciencia.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de diciembre de 2022 a las 08:46
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 26
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