La gente caminando por el bulevar,
Con la monotonía homogenizada de una gran ciudad,
Entre ellos camina sin parpadear,
Cabizbajo entre la multitud intentando disimular,
Pensando en un día más,
Una oportunidad más para intentar cambiar.
Pesimista ante la vida detiene su paso,
Levanta la mirada frente a un aparador,
Hacia años caminaba ahí mismo con vigor con esperanzas,
Ahora solo trata de recordar a eso hombre,
Que fue destrozado, que ahora parece tan distante.
Su postura propia de quien carga un gran peso,
Su mirada fruncida en el entrecejo,
Impotente mientras ve sus manos,
Sabiendo en lo que ellas se han convertido,
Muerte y desolación,
En veneno mismo.
Sus manos son veneno,
Veneno que mata con un rose,
Cansado de ver esta injusticia,
Intenta terminar su camino,
Al final de la vía una luz
Y delante de el un chirrido.
Sonido familiar del tren al acercar,
Cierra los ojos, y con paso firme se deja caer,
El tren como es de conocer pasa sin detenerse,
Estruendo y murmullos.
Cuando por fin el último vagón se detuvo.
De entre las puertas del tren gente salió,
Otra más desde el andén acudió por un lugar,
Mientras en el suelo, dos personas,
No sabía que pasaba,
Mientras mantenía los ojos cerrados,
Aferrado a el una mano,
En el suelo, justo a su lado.
- Autor: copo ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2010 a las 22:41
- Categoría: Amor
- Lecturas: 59
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