La hada de la Antártida,
con sus alas de hielo y nieve,
miraba impasible
mientras mis dedos danzaban
sobre tu piel,
creando un mundo
de palabras y sueños.
Era un anhelo,
un deseo profundo,
poder tocar tu alma
con mi pluma,
con mi voz,
con mi cuerpo.
Aquella dama que amé,
a quién esperé,
a quién soñé,
se dejaba llevar
por la música de mis palabras,
por el ritmo de mis versos.
Y mientras llovía, llovía,
y el agua se deslizaba
por las ventanas,
por las calles,
por los tejados,
nosotros éramos un refugio,
un oasis en medio del desierto,
un tesoro escondido
en el corazón de la noche.
Asimilábamos la soledad,
nos abrazábamos con fuerza,
y firmábamos un contrato
con el silencio,
que nos protegía
del mundo exterior.
Y allí, en ese oasis,
en ese refugio,
en ese tesoro escondido,
encontrábamos la paz,
la calma,
la felicidad.
Y aunque ahora estés lejos,
aún puedo sentir tu piel,
tu aroma,
tu sonrisa,
en cada verso que escribo,
en cada palabra que digo,
en cada perla de mi tesoro
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Autor:
Augusto Fleid (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 22 de diciembre de 2022 a las 15:08
- Categoría: Amor
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar, Omaris Redman, MISHA lg, Dante Cruz Velez, David Arthur, rosi12
Offline)
Comentarios2
preciosa remembranza a la amada poeta , gracias por compartir
con el silencio,
que nos protegía
del mundo exterior.
Y allí, en ese oasis,
en ese refugio,
en ese tesoro escondido,
encontrábamos la paz,
la calma,
la felicidad.
besos besos
MISHA
lg
Gracias colega por disfrutar de la lectura y apreciar mis versos le mando un saludo y un abrazo
Hermosas letras amigo.
Un abrazo y feliz Navidad
David
Gracias colega e igualmente feliz noche buena y próspera navidad
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