Vi sentado en un parque abandonado
un anciano perdido entre las sombras
al poco me sentaba yo a su lado
y vi que entre suspiros sollozaba
El halo misterioso de su aliento
me quemaba cual fuego del infierno
y quise saber de aquella historia
y al tiempo sin saber le preguntaba
En sus surcos de piel adormecida
por el paso del tiempo maltratados
reflejaba el dolor del que no sabe
el vivir del saber, porque ha vivido
Callaron las palabras en su boca
su mirada me dijo que me fuera
pero nunca he olvidado al pobre viejo
sentado en aquel parque abandonado
Elsy Escamilla Cardenas
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Comentarios1
Entrar en la tristeza de otro es de valientes y tratar de consolar de santos. Conmovedora lectura.
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