-“La calle no calla lo que la vida calla cuando el silencio sabe que es tan sabio”-, dice Hortensia. Y como un ademán tan frío corre el mes de mayo y con el sol siniestro se siente más el calor en la misma piel cuando ya casi llega el verano. Hortensia realiza labores de servicio a domicilio en la limpieza de hogares cuando por las noches se convierte en una mujer de la calle dejando su cuerpo y su extasiado sexo comprado por hombres que realmente casi no valen la pena. Hortensia es una mujer fuerte, decidida, audaz y muy ambiciosa cuando el temor no llega ni a la punta de sus dedos. Hortensia sabe una cosa que su cuerpo es un dulce néctar para aquellos hombres que saben que una mujer no se vende sino que la compra el hombre. Hortensia sabe otra cosa más que los hombres son como la manzana tiene ella que dar la vuelta a la manzana para poder tener al hombre entre sus manos. Al igual sabe y los conoce excelentemente muy bien a cada uno cuando desean comprar su sexo con dinero y cuando llega un hombre nuevo sabe otra cosa de que el tiempo le dará la razón. Cuando en el percance de la noche se apacigua el alma de Hortensia como un frío devastador sobre la misma piel que ella vende por dinero para poder saciar el hambre. Por el día la mujer llamada Hortensia labora prestando servicios a domicilio para limpiar hogares y por la noche vende a su cuerpo por sexo dejando saber que una mujer es completa cuando su instinto devorador de vida le advierte en salir como sea hacia adelante. La mujer Hortensia sabe que es ilegal el decreto en que trabaja, pero, sabe que donde hay ley existe el rey y el rey era ella. Cuando en el frío de la noche se pierde Hortensia laborando con tres hombres diferentes y ella dice… -“harta del amor…”-, ella dice que está harta de esos amores clandestinos que ella conoce por las noches. Hortensia está cansada y extenuada de ésos hombres que la aman y más que la buscan por sexo. Y Hortensia delibera desde su corazón escoger entre dos profesiones sin saber ni sospechar que le conviene más quedarse laborando como limpiar hogares se siente como una niña sin su juguete. Cuando Hortensia escoge ser una prostituta está harta del amor de esos hombres que la buscan. Mientras tanto Hortensia se enfrasca en un sólo dilema desafiando su vida, su alma y más a su corazón descubriendo que el tiempo caduca como el ocaso vivo dejando y demostrando que la insistencia es fría como la labor de Hortensia. Porque en el embate de creer en la vida y más en el amor Hortensia entregó cuerpo y alma, vida y corazón demostrando que en la vida es difícil superar los obstáculos cuando ella realmente no quiere a los hombres. Si Hortensia se miró en el espejo y… ¿qué vio?, a una mujer con alto calibre desnuda y con una insistencia fría dejando al tiempo una mujer en el espejo con un reflejo desnudo, de alma, vida y corazón con un sólo cuerpo destrozado por los amores clandestinos y por amar ilegalmente. Hortensia se siente como un sólo desafío cuando en el intercambio de la vida y del amor se vio tristemente comprada por el dinero de esos hombres sabiendo algo que… -“la calle no calla lo que la vida calla cuando el silencio sabe que es tan sabio”-, como si Hortensia puede saber más de la vida sin poder electrizar el cometido de no saber que la vida es la empírica maestra de la vida. Y Hortensia sin poder ver el cielo de color cuando en su afán se pierde el desafío en atrapar a ésos hombres y no en su corazón. Cuando en el trance de la vida se vio mortífera de miedo cuando Hortensia pensó en retirar su labor como prostituta sin dejar una huella trascendental. Cuando joven, la mujer llamada Hortensia amó perdidamente a un hombre y ése hombre no le correspondió en nada a ese amor. Hortensia desea amar a ése hombre a pesar de que el hombre se halla lejos buscando a otros amores. Esos amores son inciertos en la vida de Hortensia, pues, en realidad no los conoce. Cuando ése hombre no ama a Hortensia como ella lo ama a él. Cuando en el delirio sosegado se sintió como paisaje en tempestad cuando el amor es todo y el frío derriba el alma de Hortensia se electrizó su forma de amar cuando se aferró a ése hombre que ella ama. Si Hortensia se intensificó en amar con el corazón dispuesto en ser como el aire sosegado de espantos en la noche fría recordando a ése hombre como si los hombres que compran su sexo fuera él. Cuando en el ocaso se pierde el instinto impetuoso de querer amar con el corazón irrumpiendo en el destino frío sin sentir amor. Cuando Hortensia quiso entregar el alma, el cuerpo y la vida, pero, quedó sangrando de dolor cuando en el ocaso de su vida llegó la noche fría a vender su sexo como de costumbre. Hortensia se olvida de su vida diaria cuando en el alma ocurre lo más impetuoso de los momentos cuando Hortensia siente su corazón palpitar muy fuerte porque siente ser amada por ése hombre que ella ama, pero, eran hombres que ella está harta del amor. Y como harta del amor quiso ser como la estrella fugaz morir en el cielo en una noche tormentosa cuando sus labios quieren amar, pero, ése no es el hombre que ella ama. Hortensia amando lo que nunca se aferró al deseo ambiguo, pero, continuo en saber de que su instinto ama verdaderamente al hombre de su corazón sintiendo el coraje entre ella y su corazón cuando sabe que ésos hombres no son el hombre que ella quiere. Hortensia se debate entre el llanto sosegado y el dolor en su propio corazón descubriendo de que su corazón no es correspondido cuando ése hombre se halla lejos de su corazón y entregando su alma se descubre la insistencia de Hortensia en amar la desgracia de la situación. Cuando Hortensia se siente como un boleto sin destino, cuando en el embate de la vida se ve como un cielo con lluvia destrozando al cielo con sol. Hortensia se siente como un desenlace imperioso cuando en el tiempo vende su sexo en sucesos cuando se prostituye y está harta del amor, de ese amor clandestino, espurio, ilegal e ilícito en el camino de la prostitución porque en el camino siente como un torrente de sensaciones tan malvadas como el tiempo en decadencia. Hortensia, la mujer de la calle dice una vez más que… -“la calle no calla lo que la vida calla cuando el silencio sabe que es tan sabio”-, como una frase tan silente como su corazón en silencios. Y buscando un sólo tiempo cuando en el alma de Hortensia se vio incolora, gris y en una terrible tempestad. Cuando en el tiempo ocurre un sólo vil desastre de horas perdidas entre el ocaso, la tarde llegando una noche impetuosa dentro del instante sosegado como el mismo mal delirio en vender su cuerpo en prostitución dejando inerte a su propio sexo. Cuando la mujer de la calle se aferra al frío destino que le depara la vida que ella quiso. Hortensia se siente tan desorbitada que irrumpe en llanto sus ojos de miel dejando caer una sola lágrima en el camino. Si la vida de Hortensia quiso ser como un imperio sexual cuando en su afán de creer que en el instinto se aterró en ser como una sola verdad sintiendo a su sexo inmóvil, inerte, sin sentido y sin poder ser verdaderamente amado cuando está harta del amor. Y Hortensia se ve aterrada al desafío inerte de su propio sexo como enjaulando y gritando en la misma jaula que encierra Hortensia a su mismo sexo cuando no desea más tener que prostituir a su cuerpo dejando inmóvil a su sexo cuando está harta del amor. La vida de Hortensia se aferró y se aterró al mal deseo en ser una prostituta sin sexo cuando el infortunio cayó en desesperación. Y Hortensia dice una vez más que… -“la calle no calla lo que la vida calla cuando el silencio sabe que es tan sabio”-, sintiendo que su sexo era exactamente igual que el silencio entre su boca y labios. Y Hortensia entristeció como el cielo con lluvia dejando caer una cascada de lágrimas de cristal por su rostro cuando en el instinto se aferró al desconcierto de su esencia como la presencia de sus labios por callar lo que la vida expresa y siente. Hortensia percibe a su clandestino sexo sin sentido cuando es la mujer de la calle con hombres, los cuales, está harta de ellos y harta del amor. El dolor en el alma de Hortensia se ve sin color, con una gris tormenta que atraviesa a su cuerpo de tiempo y de amor como la flecha de cupido cuando pide amor del bueno sin poder imaginar de que se halla harta del amor. Hortensia con miedo de un alma que tiene luz opaca aunque ella no la presienta su luz es como la luz de la estrella fugaz cuando cae del cielo como estrella fugaz flotando entre nubes de algodón en un cielo añil y desatando la furia en un mal intransigente momento en que se aferra al deseo ambigüo del instante como poder percibir que su sexo se halla dormido. Cuando la lluvia cae como un torrente sanguíneo entre sus venas y embriagando con alcohol a esas venas que hoy son delirio fulminante para el alma de ésos hombres con que ella se prostituye. La mujer de la calle llamada Hortensia se aferra al instinto gélido de un cielo lleno de lluvia y de tempestad fría, cuando sólo tiene un camino que seguir. La mujer de la calle sabe algo y es tan intransigente como dolorosa cuando su destino es vender su cuerpo. Hortensia sabe una cosa que… -“la calle no calla lo que la vida calla cuando el silencio sabe que es tan sabio”-, y el silencio era el poder de su propio aliado, pero, la calle era el alboroto peor que se puede escuchar dejando la libertad presa de una mala sensibilidad cuando se aferra Hortensia a la vida llamada prostitución. La vida de Hortensia no era tan excelente como las demás sino que ella guarda un silencio a viva voz cuando su pasado le atrae rencores, odios y desavenencias. Porque cuando en el embate de dar una conmísera mala situación se entristece de espanto cuando en el mal momento se siente como poder sentir el reflejo del corazón en el espejo como latido veloz dentro del mismo cuerpo que ella puede hacer vender. Cuando en el ademán frío se siente como un pasado de un paisaje clandestino, sosegado, imperioso, impasible e intranquilo porque en el trance de la vida Hortensia sabe que el silencio es silencio. Porque como el alma en querer borrar lo penitente forjando un camino en que el destino es fuerza de voluntad. La vida de Hortensia marca un trayecto fundamental en el camino de la prostitución cuando se aferra al instinto de poder vender a su cuerpo no como lo hacen las demás sino también entregando alma, vida, corazón y cuerpo. Hortensia sabe una cosa que sino hace lo que dicta el corazón lo perderá y si lo pierde sabe que perderá también el cuerpo destrozando la única voluntad que le queda. La vida de Hortensia es como un yoyo, sube y baja el camino para poder vender a su cuerpo es sólo el mal comienzo cuando hace mucho tiempo comenzó a vender a su cuerpo. Como una triste verdad se siente como un gélido viento que le roza la piel de una caricia tan subrepticia y libidinosa que no pierde su sentir cuando a ella no le agradan ésos hombres por los cuales compran a su cuerpo y a su sexo por complacer su placer sexual. La vida de Hortensia fue marcada por un tiempo en que se siente como un dolor sin ser trascendental sino que es adherido a la misma piel por donde se besa con el mismo dolor que ella entrega a su cuerpo por dinero. La vida de Hortensia se vio frustrada por el tiempo en que ella vende ese cuerpo por donde se siente el dolor frío de una funesta venta de su propio sexo cin una tragedia fría, solloza y con ese llanto que no borra el pasado de Hortensia. La fe que tiene ella es muy poca porque aunque cree en Dios piensa que Dios la abandonó, pero, sintiendo el frío en la piel siente hasta mover piedras por donde va caminando. La vida de Hortensia es como el invierno sintiendo el frío en la piel y desnudando el tiempo cuando se aferra al destino sin piedad. Hortensia siente en sus deseos hacer desaparecer a todos ésos hombres, pero, que aunque no se puede Hortensia se imagina tal cosa. ¿Cómo ella podrá escapar de todos ésos hombres?, si en el instinto siente un capricho desnudo de sentir que es la mujer de la calle, la cual, se vende por capricho, necesidad, ambición y por frialdad de la piel. Hortensia siente un desenfreno inocuo de un pasaje sin destino y como un boleto sin regreso, si Hortensia llena de dinero su bolsillo, pero, en realidad no es feliz. Cuando sabe Hortensia una sola cosa que… -“la calle no calla lo que la vida calla cuando el silencio sabe que es tan sabio”-, y que el silencio lo tiene y lo lleva en su corazón callando su vergüenza en un frío camino de una calle que ella recorre todas las noches. Y Hortensia como el yoyo, sube y baja el camino con ésos hombres que compran su sexo por encomiendas del dolor y de un silencio aterrador y atroz cuando el murmullo de su vida corre como pólvora en el mismo suelo que ella recorre por vender a su cuerpo. Si Hortensia desama a ésos hombres, por los cuales, hacen de ella lo peor cuando en el alma se sintió suave como el algodón y como el desastre de creer en el rencor devastado de malas iras como el mismo imperio soslayando en el mismo camino.
Continuará……………………………………………………………………………………….........
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de diciembre de 2022 a las 11:19
- Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~Sinopsis: ~ * ~Hortensia es una prostituta de la calle, que posee varios amores y que la buscan de noche, pero, Hortensia a quien ama no lo puede amar y está harta del amor de los hombres que la buscan en sexo comprado…¿qué hará Hortensia con esos hombres?...Mi #25 de novelas cortas en el año 2022… Mi #113 de novelas cortas hasta el año 2022…
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
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