Lágrimas, cual semillas, llenan los surcos que rechazan recibirlas.
Sangre de inocentes es absorbida por la tierra ya empapada del dolor de las víctimas.
Y el derrotero de los años prosigue su marcha...
Aquí, hombres, mujeres y niños, bogan por los mares en busca de costas tranquilas.
Allí, el estrépito tramar de las armas, cubren el hambre de sus fláccidos cuerpos.
Y el derrotero de los años prosigue su marcha...
Allá, el sanguinario poder de los terroristas, diezman con sus atrocidades, la esencia de la humanidad.
Un poco más lejos, gritos de pánico proliferan como hongos, en busca de la pradera, hoy pintada de rojo.
Y el derrotero de los años prosigue su marcha...
El viejo, cansado y moribundo dos mil veintidós, balbucea sus estertores antes de la partida.
El nuevo, dos mil veintitrés, lleno de ínfulas de grandeza, propio de los engreídos, trae quizás, bajo su manto, la bandera de la Paz.
Y el derrotero de los años prosigue su marcha...
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*Registrado/Safecreative N°1512035941634
*Imagen de la WEB
Comentarios1
Muy real y muy triste. Saludos.
La realidad que nos rodea, está ahí, y no nos permite ignorarla.
Gracias por llegarte y regalarme tus huellas.
Shalom desde Israel, colega de la pluma
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