No sé hablarle a tu boca.
Los nervios incesantes me persiguen.
Las manos me tiemblan y de la vergüenza he hecho mi templo.
La vida entera en tus manos, aunque sea un instante.
De qué agua dulce y clara son tus ojos.
De dónde salió tu voz serena, hipnotizante.
De qué océano viniste.
Tu nombre sobrevuela mi cabeza una y otra vez.
Y no me importa la frecuencia ni el tiempo.
Ahora tu eco se ha hecho del aire, rebota por todas las montañas, todas las praderas cultivan tu nombre.
- Autor: Moliner Vallés (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2023 a las 13:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Francisco Villa, alicia perez hernandez, Texi, rosi12
Comentarios1
Madre mía que dedicatoria tan hermosa
Que disfrutes de tu amor y seas muy feliz.
¡Felicidades!
Muchas gracias Texi. Un beso.
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