Eso fuimos...

Fuimos…

como obra del azar…

como un milagro divino,

la justa concurrencia del destino,

en el mismo instante…

en el mismo lugar,

la increíble precisión de lo perfecto,

divagando por sueños similares…

escapando de insomnios     con dilemas parecidos.

Fuimos almas en sintonía total,

dos entes de similitud celestial,

buscando lo mismo…

escudriñando en el limbo de la espera,

escrutando más allá de lo inmortal    el magnético encuentro…

que nos reconozca en seguida…como que somos uno.

Fuimos la expresión más elocuente de emoción ferviente,

ese acto de atracción ineludible    que se manifiesta natural…como una magia concurrente,

esa experiencia fugaz de una sonrisa embrujante…

que se perpetúa en la conciencia…

y se eternizar en la mente.

Fuimos …

como gotas de lluvia del mismo torrente,

escapando por las atarjeas de la ciudad,

viajando a la misma velocidad hasta el inmenso mar…

embarcados en esa apurada corriente…de tribulaciones constantes,

con la sola esperanza    de llegar juntos al final.

Fuimos …

como el verano en pleno esplendor,

acariciándonos las heridas,

sanándonos los quebrantos,

ahuyentándonos los miedos y disolviendo las dudas.

Como el sol impetuoso y apasionado…fuimos,

incitándolo todo,

incendiando los delirios con besos clandestinos,

hasta inflamar de un éxtasis incontenible… las ganas y deseos.

Fuimos exagerada pasión,

esa fuerza incontrolable que termina perdiendo la razón,

que se apodera de los suspiros,

que se adueña de los latidos,

que pone a punto del colapso al corazón.

Fuimos todo…

paz y quietud,

mansedumbre prolongada…

y fidelidad inmutable.

Fuimos nostalgia y agonía,

melancolía incontenible…en noches de ausencia recargada,

rebelión y caos de impotencia,

y seducción mutua…hasta la confusión absurda.

Fuimos inmortalidad y tiempo,

ocaso    sin otro amanecer,

crepúsculo sin noche,

y un día, inesperadamente… nos hicimos olvido,

un olvido irreversible y frío… tajante y definitivo.

Eso fuimos…