Pecado de amor...

Insaciables…

con un desenfreno inagotable,

de una vehemencia excedida,

rayando lo irresponsable,

al borde de la inconsecuencia,

sin temor a la imprudencia,

olvidándonos de la mesura,

con unos deseos incontenibles…

derramando besos encendidos,

y con unas ganas precipitadas…irreflexivas,

sin pensar en las consecuencias…

y solo dando rienda a los instintos,

tratando de satisfacer a los sentidos…

dejando sin espacio al remordimiento,

amándonos hasta el delirio,

envueltos de un frenesí inconfesable,

empapados de tu lluvia exquisita…

y de mi transpiración resbaladiza,

naufragando en esa secuela de delicia,

hundiéndome en tu ser  estimulado de éxtasis,

sumergiendo mi vida en la tuya,

tratando de fundirnos en la misma satisfacción,

intentado saciar el mismo propósito,

derritiendo nuestras almas en una sola idea…

con pecados compartidos…sin arrepentimientos,

justificando esta debilidad carnal…

con la devoción sublime que sentimos.

Así vamos los dos…

abordándonos con igual apuro,

avanzando impulsivamente al clímax,

consintiendo que nos arrastre la inercia desmedida de la lujuria,

buscándonos en los rincones más prohibidos,

transitando los más disolutos escondites,

descubriendo tus guaridas,

permitiéndote disfrutar de mis escondrijos,

devorando tu suavidad inevitable…

y esa fogosidad libertina y escandalosa…pero sagrada y divina,

dejándome abusar de tus labios rojos…

accediendo a que tus manos ultrajen mi virilidad erguida…

para que acelere mis antojos,

caminando por las rutas más fervientes    de este entusiasmo simultáneo,

nos vemos saboreándolo todo…

degustando el dulce manjar de esta pasión,

desde el húmedo deleite de tu saliva…

hasta tus gemidos estruendosos…como alaridos desaforados…

que elocuentemente revelan tu éxtasis explosivo.

Así vamos…jugando a la travesura de poseernos,

yo sometido al hechizo de tu exaltada piel    rozando la desnudez de la mía…

y tú, sumisa a ese temblor de mis dedos    al encontrar tu fuente de placer    en completa inundación…rebosada de dulzura.

Como habrá sido de exuberante    la explosión de tu celestial orgasmo …

que mi imaginación te ha inmortalizado…

y te has convertido en su más obsesionada codicia,

en su mayor capricho.

Insaciables…los dos

con las mismas ganas…

deseándonos con tamaña ligereza,

compartiendo el mismo pecado...

pero como reza el dicho…

un pecado de amor…es sagrado.