La sensación de impotencia es grande. Ver tus ojos desconectados de la realidad, verte caminar sin dirección mientras yo te observo con tristeza. No puedo evitar las lágrimas pero al mismo tiempo a pesar de esta incertidumbre, mi fe se levanta como poderoso gigante y comienzo a cantar. Tú me miras como sonámbulo pero yo sé que en el fondo de tus ojos también hay una esperanza viva. Algún día hijo mío, algún día, todo será diferente. Nos sentaremos, conversaremos y nos reiremos juntos. Hoy, hay que pasar la prueba, hay que confiar y esperar que cada día que pasa nos acercamos más y más a esa eternidad que nos espera a ambos. Hoy, solo es tiempo de mantener la fe, creer sin desmayar y seguir repartiendo sonrisas aunque haya dolor en el corazón. Te abrazo, te tranquilizas y te quedas dormido. Con un suspiro apago la lámpara y te dejo solo.
- Autor: cristina c ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2023 a las 07:03
- Comentario del autor sobre el poema: Tener un hijo con discapacidad no es fácil, pero a pesar de todo los contratiempos, crisis y detalles que la gente no entiende, no cambiaría por nadie mi vida.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Classman, Sierdi, migreriana, alicia perez hernandez, Ed-win
Comentarios3
Dios concentró su aliento,
Su aliento más puro y fresco.
Revestido de dureza y la más grande fortaleza.
Lo envió directo por los aires,
Para plantarlo en las madres.
Hay bendiciones dulces otras de fortaleza, con las que Dios contempla, las entregadas almas de sus hijas, las madres.
Un abrazo.
Un abrazo cuando Dios nos pone cargas también nos da la capacidad de llevarlas proveyéndote de amor, paz y fuerza. Bendiciones!!
Muchas gracias por sus comentarios. Hay días y días y me es más fácil escribir que hablar. Muchas gracias por leer y comentar. Es difícil ser vulnerable pero es bello recibir aliento. Muchas bendiciones ❤️
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