Me sumo a la algarabía que me atiborra,
en la que la creación canta los himnos
y en el canto se colorean cielos que no fenecen
y que conversan en lo espontáneo
con las callejas de mi arrabal en su clandestinidad;
y cantando remonto hacia los altozanos
que rodean el calor de mi gente,
agradeciendo al cielo por los amores
que en mi grata vida han estado a mi lado.
Y agradezco la complacencia de mis ojos
de ver a la dama por los senderos,
coqueteando con los ciruelos en su galantería,
entonando melodías con esos labios de carmesí,
acompañada de los clarines que los serafines tocan;
¡oh dulcísimo ese sabor a golosina
que posee en su angelical boca!
los capullos de cristal le adornan
su cabellera con su porte de seducción,
de donde emanan los manantiales
en el que sacio la sed de mi alma.
Todos mis sueños se hacen realidad
en la sonoridad de este concierto.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2023 a las 01:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Classman
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