Cuando por fin emergió

Leoness

Cuando por fin emergió,

un destello cósmico ilustró;

enseguida supe, que seria

la indiscutible cita y volé

 

Corrí a besarla, la acaricié,

y me sorprendió su modo

de erotismo sosegado, tranquilo,

y paseamos el afecto en silencio

 

Parecía mas bien la despedida,

y de la mano y en silencio

mirábamos al horizonte, las olas;

la brisa húmeda en las sienes

 

Abandonamos la ropa y dirigimos

nuestros pensamientos hacia

el mar abierto, aturquesado,

el cielo azul de cúmulos salpicado

 

El contacto de nuestras manos,

los pies sumergidos en el agua,

turbias las ideas, fuertes las olas;

nadamos sin mirarnos, sintiendo

 

Los cuerpos juntos, húmedos y salados,

los cabellos entrelazados, las manos

buscaban secretos ya descubiertos,

miradas profundas;  olas rotas

 

Pocas palabras rememoraban eternos

encuentros, bajo el sol hasta el ocaso,

bajo la luna hasta el alba, y

las risas y placeres. Harmónicos besos

 

El firmamento, bajo nuestros cuerpos

se fundió en un profundo espasmo,

y regresamos al punto de partida

para separarnos, indefinidamente

 

¡Aún hoy, rememoramos sendos rictus!

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