Oda A La Noche Indómita

Descalzo en la madrugada indómita, ante los pies de inhóspitas estrellas, me detengo a escuchar el canto de la brisa.

 

 

Las hipócritas cigarras, con su impetuoso canto, intentan opacar su melodía, pero yo las ignoro.

 

 

Los versos caóticos del subconsciente, surgen del fondo de mi ser, como un río desbordado.

 

 

El cosmos es mi testigo, como un espejo que refleja mi alma en su tangente, en una danza eterna.

 

 

La belleza y el caos, van de la mano, en una coreografía que solo el universo entiende.

 

 

Así es como me siento, descalzo en la madrugada, en un baile con las estrellas, en un poema metafórico eterno.

 

 

En este camino de dolor, que me lleva hacia la aceptación, en un baile con la memoria.

 

 

En el jardín de la vida, entre las flores del amor, mis pasos se dirigen hacia mi destino.

 

 

Las mariposas revolotean a mi alrededor, como una danza de la felicidad, que me llena de alegría.

 

 

La brisa trae consigo el aroma de la primavera, mientras mi mente viaja en un sueño eterno.

 

 

Las flores son mi compañía, en este camino lleno de amor, que me lleva hacia la felicidad, en un baile con la vida.