La mesa celeste estaba
debajo de las glicinas.
A veces, las glicinas lloraban
sobre la mesa celeste,
¿o era el rocío?
En esa mesa celeste, en verano,
se desayunaba,
se almorzaba,
se hacía la tarea,
se pintaba.
A su alrededor corríamos,
reíamos.
Los mayores tomaban mate,
los menores robábamos biscochos.
En esa mesa celeste decapitaron
a dos patos para una fiesta.
(Los patos caminaron sin cabeza
por la galería con pollerita).
El piso de damero blanco y negro
quedó manchado con sangre.
La mesa celeste guarda
muchos recuerdos de otros
tiempos.
¿A dónde habrá ido a parar
la mesa celeste?
Me pregunto.
¿Seguiremos corriendo alrededor
de la mesa celeste en otra dimensión?
¿Seguirán andando los patos decapitados
girando hasta el cansancio?
¿Se escucharán las risas todavía?
Quizás, y sólo quizás,
lo que la memoria recuerde,
siga ocurriendo en paralelo.
Pasado, presente y futuro
danzan en un solo compas
por toda la eternidad.
- Autor: Gala (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2023 a las 13:51
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 15
Comentarios2
Me gustó, tu poema, me gusto, entrar a tu espacio, me gusto, leerte, un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras. Saludos.
Muy original, gusté tu estilo.
Shalom desde Israel, colega de la pluma
Muchas gracias por leer y compartir tu opinión. Saludos.
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