En el remanso, pensando, entre nubes oscuras, una flor solitaria pasa entre mis ojos taciturnos, errante, con ecos, con tristeza, escondiéndose de la bruma.
Llamándome, trepandose, en mis enredaderas con sus dedos, eran tal vez como espigas o espadas.
Sus labios castos saben a ciruela añeja, por allí pasan palabras frágiles como vidrio. Me hiere. Me hiere.
Pero ávido son esos labios hirientes cómo el fuego.
Me he acostumbrado a vivir en el infierno de su simetría.
-
Autor:
Hector Loaiza (
Offline) - Publicado: 5 de febrero de 2023 a las 21:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Offline)
Comentarios1
TAMBIEN HAY INFIERNO MASCULINO
Ambos infiernos se unen y crean el paraíso de los demonios
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.