En corceles de fuego convertidos,
mis labios galoparon tu pradera,
cruzando por un bosque perfumado
de rosas, de jazmín y de violetas;
hasta acechar tu húmeda vertiente,
despacio, beso a beso, abriendo huella.
Me acerqué hasta tu fuente cristalina
ansiando emborracharme en tus esencias;
me sumergí en el cáliz de tu orquídea,
empapado en la gloria de su néctar.
Mis manos esculpieron con caricias,
tus muslos, tus tobillos y tus piernas;
Recorrí la llanura de tu vientre,
y tu ombligo tallado en madreperla.
Escale las colinas de tus senos,
llevando hasta su cumbre mi bandera,
con gula devoré los dos rubíes
que coronan sus mágicas laderas;
descendí por tu cuello hasta tus hombros,
te mordí por detrás de las orejas,
y al entrar por tu boca al paraíso,
explotaron de envidia las estrellas.
- Autor: julio0302 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2023 a las 20:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Sierdi, alicia perez hernandez
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