Allí están, sosteniendo su sombra,
pegados a una barda,
revolviendo en soledad su desesperanza,
arrumbados en el hueco apagado
de un grito.
Arrastran sus pies en el asfalto,
pies descalzos que caminan afligidos
la vía dolorosa en el día
de la bienaventuranza ajena.
Allí están, forman con sus manitos un cuenco
en qué poner su alimento diario
-ese que a mordiscos se comen
sus bocas enfermas-.
¿Los ha visto tu alma ciega, acaso?
¿Los han visto tus ojos ir cayendo
como sombras pesadas
hacia el abismo de la indiferencia sin fondo?.
No me preguntes por sus nombres,
fueron escritos en el viento,
acumulados por montones
en la hora fatal de sus desdichas.
No me preguntes por su hambre,
han comido insultos siempre,
con el desprecio de la gente
servido en rebanadas agrias.
No me preguntes por qué están sucios,
ellos visten simples costras de polvo,
nosotros traemos la mugre
agolpada en nuestras mentes
como un torpe racimo de frutos.
No me hables de Dios a estas alturas,
van cayendo de sus nubes los cuentos
del hombre,
echados al fondo de la vergüenza
por la fuerza gravitacional de este mundo.
- Autor: Manuel Valles ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2023 a las 01:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
Comentarios1
La sombra de nuestras almas, la desafección humana total.
Vine de nuevo a leerte amigo. Me gusta mucho tu poesía.
Cariños de Alejandrina.
Un honor para mí que leas mis poemas, amiga mía. Este poema intenta expresar la impotencia que siento cuando veo a personas en "situación de calle", lo pongo entre comillas, porque así le llaman eufemísticamente al asunto tan doloroso de no tener un techo dónde vivir. Un saludo, mi poeta querida, y un gran abrazo para ti con todo mi respeto y cariño 🌹
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