Mañana será otro día, más de lo mismo,
harto de la ignorancia que todo sopesa;
el pobre, el rico que deambula y no cesa
de comprar el mundo con cierto estrabismo.
No hay corriente en la ventana
no hay torrente de sol ni nada
son las pruebas de un delito
las de un corazón marchito.
Y los días caen como losas
y mi mente no desespera
sabiendo que ha de llegar la hora
que suenen trompetas rosas,
un sentimiento de vida plena
tu mirada incandescente
aún miro y estoy sin verte
coso hebillas a mi condena.
Tres rosas hay en mi modesto jardín
vetustas y hermosas como todas las cosas.
Sin agravio ¡me despeño!
Por comparar…
un trozo pequeño
con todo el mar
de tus ojos verdes
o tu andar moreno
o tus manos nada corrientes.
Tres mantos de agua tibia
sobre mi peor herida.
Bálsamo de mi inconsistencia
por donar esta vida
a su linda inocencia.
Qué no daría yo… por tu risa.
Tres faros en alta mar.
En la penumbra
el océano es oscuro
y ancho y profundo.
Una luz que me alumbra
y, a lo lejos… tu voz
sopla como un susurro.
No puedo recuperar mas amor
que el que voy dejando
en el fondo de tu olor
tu inmenso olor…
- Autor: Emi Parra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de septiembre de 2010 a las 19:04
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando la confusión se apodera de tu alma, es mejor mirar lo que mas cerca tienes en ese momento, quizás ahí se halla la auténtica medicina. Esta poema va dedicado a mis tres soles.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 74
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