Ya no seremos...

Nunca más seremos lo que fuimos…

esa incontenible agitación que alguna vez sentimos,

esa impetuosa pasión que generosa inventamos,

los ardientes momentos que degustamos,

los dos desbordados de ansiedad…locos de ganas,

envueltos de deseo…arrebatados de excitación,

desatados de lujuria…

extasiados de ternura…

delirantes de dulzura

saciados de antojos…colmados de caprichos,

y trastornados de pronto…por un perturbador reflejo de ausencia.

Ya nunca más volveremos atrás…

a recoger rosales marchitados,

a contemplar ocasos desteñidos…abrumados por un crepúsculo apagado,

ni ansiar el amanecer de un nuevo día…cansado de lidiar con tanta espera.

No volveremos a imaginar un porvenir iluminado,

no tendremos un futuro afortunado…

ni tampoco un destino acrisolado,

ni días de quietud…

ni noches de mágicas veladas.

Se acabaron las tardes dilatadas de caminatas expectantes…

y los paseos alargados por los ejidos de tulipanes garzos.

Se terminaron los gratos instantes de regocijo…

esos ratos de felicidad inesperada…tan añorados,

pero las horas de nostalgia se han multiplicado….

y los de tristeza acrecentaron el desvelo.

¿Dónde han quedado los afectos genuinos

y las introvertidas emociones de ingenuidad espontanea?

Se cancelaron las miradas cautivantes…

se suspendieron los besos exquisitos…

y las lágrimas sublimes…se han cambiado por un aguacero de llanto.

Las tardes de sol…se nublaron con tormenta…

y el cristal del ventanal se ha empañado de desaliento.

Las flores del jardín ya no bailan con la brisa…

azota ahora el viento los follajes…con cólera intolerable.

Las nubes blancas corren…dando paso a nimbos grises.

Se oscureció el ambiente…se apagó el sentimiento…

y la avenencia se transformó en violencia.

Nunca más seremos lo que fuimos…

ya no veremos la luna espantar a las tinieblas…

ni escucharemos aullidos de lobos solitarios,

ni evocaremos el sereno de las madrugadas de bohemia.

Ya nunca más seremos lo que fuimos…

ya no seremos aquello que soñamos.

Se cansó el corazón…murió de pena.