Allí estás como siempre
en ese rincón del patio,
con la mirada silente
fingiendo leer un diario.
Los nietos pasan a veces
por tu lado sin mirarte,
ingratitudes que duelen
después de tanto esmerarse.
¡Cuánto dieras por un guiño,
una sonrisa, algún gesto,
... pero nada, no hay cariño,
sí lo hay, ningún empeño!
Ya no está tu compañera,
ella se fué súbitamente,
gran mujer ... una guerrera
por sus hijos y su gente.
Desde entonces no es lo mismo
¡tanto extrañas su presencia,
que patearías tu destino
para que aún ella estuviera!
Tu hija, tan regalona
contigo poco conversa,
una sonrisa con pena
o cansancio cuando almuerza.
La pieza te arrebataron
te mudaron a otro cuarto
más pequeño y solitario
allá en el fondo del patio.
Al hospital te acompañan
en el auto de tu yerno ...
¡qué nobleza la que emanan
por lo menos, gran momento!
Pero un día no esperado
los ves hacer tu maleta,
solo con lo necesario
para tu triste silueta.
No te llevan al mercado,
ni de paseo te llevan
¡tú, no entiendes que ha pasado
cuando en un hogar te quedas!
Es muy bonito el lugar
comentan tus familiares
... tú, fingiendo no llorar,
escondiendo los pesares.
Luego viene el protocolo:
abrazos de despedida,
pero cuando quedas solo,
piensas: ¡qué triste es mi vida!
¡Amigo ... yo te comprendo,
ingratitudes humanas,
dolores que guardas dentro,
en lo profundo del alma!
¿Habrán otras solucciones,
pues parece una condena?
un techo que no es su hogar,
para masticar sus penas.
Florecientes sociedades
alimentadas de orgullos,
gritando de libertades
y el derecho de los suyos.
Solo vale el triunfalismo
al trepar por la escalera,
más parece vandalismo
para engordar la cartera.
Los sentimientos al hoyo,
allá también la nobleza
¿quién se atreve a dar apoyo
al triste anciano en su pieza?
(Chofa.)
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Autor:
Chofa, siempre todos mis familiares y amigos desde pequeño me nombran así. (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 8 de mayo de 2023 a las 04:39
- Comentario del autor sobre el poema: Crítica social, nada más.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Alexandra L
Offline)
Comentarios5
Hermoso su preciado versar estimado poeta.
El Hombre de la Rosa
Muy agradecido respetadísimo poeta, me siento muy honrado por visitar estas letras, en especial esta muy humilde pero real, que refleja una situación que vive toda la sociedad en muchas naciones, a veces camuflada, pero existe, gracias.
A veces el dolor de la vejez es un grito en el desierto. Me ha gustado su poema que es un eco enorme de muchas personas que envejecen en completa soledad. Un saludo
Ah claro, no siempre es así, pero el tema existe, hay familias que cautela a sus viejos sin denigrarlos, aún así una sobreprotección también es negativa, o sea, ellos quieren sentirse dignos hasta el final, en el fondo el tema es muy complicado, pero es bueno mencionarlo, porque los hijos o nietos de estos adultos mayores mañana también lo serán y por ende todos debemos crear buenas legislaciones al respecto, muchas gracias por su atención amigo, esto es importante para todos.
Bello, bello poema con una triste y muy cruda realidad, cuando la vejez queda relegada a ese trágico rincón del olvido.
Profundos sentires. 👍👍
Mis abrazos y le estaré compartiendo esa visión que comparto profunda y tristemente.
https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-494469
Ya amigo, si tienes un poema así, no dudes lo leeré, me atacan de cerca estás actitudes, ya que fuí fundador y dirigente muchos años de un club de Adultos mayores, y ahí me pude dar cuenta por más de 18 años de esas realidades que los acompañan en su diario vivir, ahora solo me retiré por un tema ajeno, más que nada por salud.
Vandalismo puro amigo. Eso es.
Hermoso poema; duro.
Sí es duro, pero no podemos esconder la cabeza, eso ocurre más a menudo de lo que uno crée amigo, y para eso tenemos está noble herramienta de denuncia, quizás un solo poema no logré mucho, pero igual habrán otros de distintas personas, poetas hombres, poetisas, jóvenes de la poesía, pero nosotros debemos lanzar la primera piedra, muchas gracias Sir Frido por tener la paciencia de leér.
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