Deprisa corren los coches,
temprano quieren llegar,
no saben bien hacia dónde,
pero ellos quieren ganar:
al peatón silencioso,
al bullicioso escolar,
y también a algún curioso,
que se cruce sin mirar.
Como el perro tras su cola,
la gente sólo ha de andar,
siempre buscando una grieta,
donde poderse colar.
¿Cuando llegará el buen día
en que se quieran sentar,
a meditar sólo un rato
y a su espíritu escuchar?.
Parece reclamo inútil,
algunos podrán pensar,
pero siempre me sorprende,
más en mayores pasar;
se supone que los años,
les debieron enseñar,
a volverse más tranquilos,
a saberse silenciar.
Pero pasa y pasa el tiempo,
y muchos se han de ocupar,
de acumular posesiones,
y no querer meditar;
quizás sus conversaciones,
debieran más de exaltar,
las cualidades del hombre,
que pueden desarrollar.
Y como árbol a la sombra,
no lo dejo de apreciar:
¡vaya que es tiempo perdido,
de quien no quiere parar!;
buscando van por la vida,
¡vaya que sé yo a encontrar!,
¡y se pierden el paisaje!,
¡y se olvidan que hay que amar!.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay
- Autor: Lucila De Melo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2023 a las 13:30
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Diago, Classman, Antonio Miguel Reyes, Henry Alejandro Morales, Lucía Gómez, Tommy Duque, Freddy Kalvo, Ed-win
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