Animo con la austeridad
que me precede, aliento
desde la agónica mirada,
temblor de serpientes, a
reparar mi frente, erguida
entre titubeos adolescentes:
mirad, caballos solitarios
se ausentan, con sus extensas
crines, de este lago de tristeza;
y retornan del labio larguísimo,
una noche de cruel tormenta,
empapando las sienes y los calcetines.
Tan suavemente que pareciera
inercia de los sueños, empujado
por un viento hostil a los postes eléctricos.
Donde se asientan, tras los placeres
cotidianos, nubes y luminosas siluetas
de pájaros y aves. Mirad, de frente,
mi frente erguida sobre el manejo
de la tierra-.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 1 de marzo de 2023 a las 22:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Diago, Lualpri, Ed-win, Miguel Ángel Miguélez, David Arthur
Comentarios1
Creemos dominarlo todo desde la comodidad de nuestros hogares, sin percatarnos que la vida está ahí fuera, ilusos de nosotros...
Siempre me hacen pensar tus versos, Ben. 🙂
Estupendo poema, poeta.
Un abrazo.
Gracias Miguel, es increíble las interpretaciones, un abrazo amigo!!
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