SE TE OLVIDÓ MI NOMBRE

Cuando pude recordar
ver volar a las aves solas,
sobre las crestas de las olas,
desde la arena de la orilla del mar.

Sé que nunca volverás,
porque te fuiste con la paloma
y si me faltaras alguna vez,
nadie podrá sustituirte
y a mi se me olvidará cantar.

Alzaste el vuelo,
por encima de las catedrales,
y te preguntaste ¿Dónde estarán?
Los amigos de ayer,
las calles y los arrabales,
las margaritas negras del suelo.

Como una voz eterna que permanece,
en mi memoria frágil,
donde nosotros nos encontramos
para morirnos tantas veces,
a pesar de los años
que tienes que vivir.

Para vivir es necesario sentir
y tratar de conquistar el tiempo,
a eso que llaman amor.

Retornaran los libros,
las letras y las palabras,
las hojas y las páginas,
que mojas con los dedos,
pasando por cada vida,
quemando las manos ensalivadas
como los álamos de las alamedas,
con la savia derramada.

De una callada manera entraste en mi mundo
como si fueras una goleta con velo,
con risas y sin llantos,
te brindé una rosa
y se te olvidó morir.

Y ayer parecerá mañana.
cuando te vea soltarte del brazo
con cierta ternura, de cómplice
y solitarias caricias, grandes verdades,
suaves ventiscas, de miradas furtivas
y ahora el dolor.

«Y ahora se te olvidó mi nombre»

Poem & Rhápsody ©2023
La fina piel de la cáscara
Alfonso J Paredes