Y así yo le hacía el amor

  Y así yo le hacia el amor mientras ella era coronada con la radiante lluvia de plata estelar que se dejaba caer cada noche en su cuerpo al final de sus versos.

   Ella volaba al alero de mis rimas en sus centímetros desnudo, allí donde yo acostumbraba a hacerle el amor; en ese mismo lugar donde la consonancia de mis versos se perdían entre sus misterios.

   Y así yo le hacía el amor, pues era en esos mismos lugares donde yo me transformaba en su poeta favorito mitras ella era esa musa de mis poesías con las que en la distancia de una rima yo le tocaba insipirado cada centímetro de su cuerpo.

   Así yo le hacía el amor, ya que de esa manera yo me perdía también entre mis propios misterios; me envolvía desesperadamente en ese universo de fantasía que había en sus ojos, y luego me dejaba caer de forma consciente en los abismos de su ardiente averno.

   Así yo le hacia el amor, y le cantaba cada noche una canción de sensualidad para que ella también volara conmigo, y al final antes del amanecer, caer desnudos entre los rincones de nuestras sábanas que siempre han deseado conocer nuestra suavidad.

   Y así entonces yo le hacía el amor, y nos amábamos arduamente, como si quisiéramos ver fundida nuestra piel, como si este fuera por una noche un poema silente para que nuestras rimas en caricias se extenderan más allá de cualquier amanecer.