Flor decide perseguir a Gabriel, y cree que el mundo es tan pequeño como una flor amarilla que Gabriel mira y observa desde sus más extrañables entrañas y más desde su propio costado. Porque cuando en el afán de dar una triste alma sin la luz que emana de creer en el instinto de dar una conmísera, pero, muy extrañable de las situaciones eficaces de creer en el juego del bosque entre la flor de color amarillo, Gabriel y la más bella flor llamada Flor. Si, Flor quedó como el instinto en soledad deseando barrer el alma en el mismo suelo por donde van pisando las mismas huellas entre dos o más situaciones en las que el fracaso de creer en el alma sólo quedó como el desastre más terrible de vivir y de morir fuertemente. La vida de Gabriel entristece, pues, no tiene opción en proseguir un rumbo, un camino y una dirección en que le ofrezca a Gabriel la verdadera salida. Gabriel pasó la noche sentado en la piedra, con las manos en el rostro y sollozando de pena y extrayendo la forma de salir del bosque “El Tupido”, cuando realmente se halla más que atrapado sin poder escapar como un rehén que no tiene otra opción que aceptar la amarga realidad y como él es tan amargo por su amargura se extravió donde Flor perdida se halla también, aunque, es ninfa buscando, aún, la salida. Flor como toda flor recorre de punta a punta dando la misma vuelta en el mismo bosque irrumpiendo en un desenfreno eficaz de creer en el trance de la verdad de que se halla Flor atrapada sin escapar en ese cruel y tupido bosque, el cual, intercede para poder tomar sus vidas y no poder salir de allí jamás. Flor era la misma flor de color amarillo, pero, con su vestido elaborado como una bella princesa de un cuento de hadas sin final. Flor quiso barrer el suelo con sus pies ladera a ladera bajando y subiendo hasta poder pernoctar en el fin del bosque hallando siempre la salida. Flor observa de lejos a Gabriel, el niño amargado que ya lleva dos días y una noche a expensas del sufrimiento, dolor, compasión, amargura y en desolación perdido en ese terrible y tupido bosque llamado “El Tupido”. El niño Gabriel toma las riendas de su vida a expensas de tener apenas veinte y cinco años, cinco años más que Flor, zucumbiendo en el trance imperfecto del latido de su corazón derrumbando cada rama, cada raíz, cada viento, cada brisa que li roza en la piel a Gabriel por correr velozmente por el bosque “El Tupido”, inciertamente se debe de tentar la suerte hacia la mala suerte de creer en el ademán frío, tenue, impetuoso, sosegado, de tiempo en que el niño Gabriel corre apresuradamente, sin compasiones, sin temores, sin ansiedades y sin horrores en ser como una flor de color amarillo dejando caer pétalos hermosos sobre el césped y dejando acariciar sus manos a esos ricos pétalos demostrando de que la entrada y salida son exactamente la misma cosa, aunque, el bosque “El Tupido”, tiene solo dos vertientes para entrar y salir. La vida de ambos jóvenes se ve marcada en trascendencia, en temores, en vicisitudes y, en extraño parecer al perecer por la misma ladera cayendo abajo para poder llegar al fin de ese tupido bosque. Y, son tan estúpidos los momentos en que se debate una espera en hallar a la salida de ese cruel bosque permitiendo en dejar la vida autónoma en ese perdido bosque porque cuando se atemoriza el alma se encierra un temor, una salida, ya que, la entrada fue tan fácil de pernoctar dejando atrás la vida, el comienzo, el hogar, la cuna y, el origen de un camino, del cual, no hay ni existe fin. Cuando en el aire se edificó la vida, cuando en la piel de Flor olía a fresas naturales, pero, ahora, olía a fango y a lodo y, la esencia de un bosque húmedo. Se fue Flor por donde caduca el sol en el cerro del otero y, viendo su luz quiso navegar y naufragar en ese cruel bosque tupido. Si Gabriel se siente como un niño incapaz de solventar su vida, su esencia, su ímpetu y, su carisma en dolores cuando cae por la ladera lleno de un fango natural de la tierra húmeda. Gabriel se siente como un niño perdido cuando no halla a su madre ni a su padre a su lado dejando que la mala suerte en el camino que quiso el destino continúe. Ese camino llevó a Gabriel a edificar su alma, a romper cadenas y, a enaltecer su alma dejando abrir pétalos como la flor de color amarillo. Gabriel se ve petrificado de espantos cuando ocurre el desenlace frío de sentir el suave murmullo entre el ruido que hace el viento de las ramas de los árboles de caoba, nogal y roble en el bosque “El Tupido”. La insistencia se vio letal, mortífera, real y, trascendental cuando Gabriel toma las riendas de su vida hacia hallar la salida de ese bosque tupido, por el cual, con la amargura de sostener a su propio ego quedó en total idolatría idolatrando a su camino hasta poder llegar y ver el fin de ese cruel camino. Gabriel en su afán de ver el fin de ese camino halla a Flor como la ninfa más hermosa del bosque “El Tupido”, para poder salir de ese lugar con vida, sin amarguras, sin contradicciones, con fe y, esperanza ya que el tiempo no caduca como los rayos del sol en el cielo.Y, dejando abrir pétalos de la flor de color amarillo, que por cierto, eran margaritas en que solo pretende en dar y ofrecer la salida hacia el camino verdadero y tan real como poder ser eficiente como el poder ser como la verdad y la certeza. Cuando Flor llegó como la ninfa a salvar la vida de Gabriel fue cuando no hubo perdón ni un perfecto corazón por parte de la ninfa más hermosa del bosque, Flor. Si verdaderamente fue Flor universalmente demostrando de que el poder en estar como rehén de un bosque desconocido fue para Flor una camorra, pero, ideal formando el desenlace fatal sin hallar el fin del camino. Porque cuando Flor quiso salvar a Gabriel de las garras del bosque “El Tupido”, sólo ella edificó el tormento, la desavenencia, el coraje y, la falta de voluntad hacia obtener y llegar a la meta final que es lograr ver el fin del camino y la salida del bosque “El Tupido”. Flor se aterra, se aferra y, se siente desapercibida queriendo salir corriendo del bosque, pero, realmente ya Flor pertenece a las ninfas del olvido del bosque “El Tupido” demostrando que con alas puede volar hacia un gran e inmenso firmamento y, solamente volando es que Flor halla la salida del bosque. Flor decide subir y subir hasta lograr observar la salida del bosque y ayuda a Gabriel como ninfa hermosa del bosque para poder ambos salir del tormentoso bosque. Los padres de Flor realmente duermen en el acto al dormir por siempre sin percatarse de que su niña Flor está perdida en el bosque. En el bosque “El Tupido”, se extraña en poder solventar la eficaz salida donde no tiene escapatoria Flor. Si Flor en el acto de volar puede y logra ayudar a Gabriel a salir del bosque. Gabriel al tercer día y dos noches perdido se halla al fin del camino por donde mismo comenzó la travesía. La niña Flor lo ayudó inmensamente a salir por la salida real y, Flor al bajar del cielo por volar se convirtió en la niña de veinte años llamada Flor. Y, Flor se enamora perdidamente de Gabriel cuando salen airosos del bosque “El Tupido” irrumpiendo en amor a su solo corazón y Flor fue eternamente feliz junto a Gabriel. Y, la flor de color amarillo esperó en el cielo a que su brillo como los rayos del sol se opacaran con el ocaso al llegar la noche lo que no sucedió nunca cuando se halló perdida Flor en el bosque “El Tupido”.
FIN
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de marzo de 2023 a las 00:01
- Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~Sinopsis: ~ * ~Flor se pierde en un bosque llamado “El Tupido”, y cómo Flor logra sobrevivir hasta poder salir de allí de ese bosque tupido…Mi #2 de novela corta en el año 2023…Mi #120 de novelas hasta el año 2023…
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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