Si la luna no alumbró mi aposento en esta noche,
no es debido a que ella en mi cielo no irrumpió,
acaso, porque los nubarrones no se despejaron
y las tormentas se enraizaron en mi azotea, tan renuentes.
Mas no por la tempestad, la luna hermosa
olvidó su cometido, puesto que ya lo había asegurado
y tu cariño, en un resquicio me entregó,
así, estuviste conmigo, permaneciste a mi lado,
férreamente, para refrendarme con un beso
tu juramento de amarme para siempre:
de ser tú mi niña y yo ser su todo.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 11 de marzo de 2023 a las 01:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, WandaAngel
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