EL VACÍO QUE DEJAMOS

Una vez en mi trabajo me dijeron
que nadie es imprescindible.
Un día me fui de allí,
por deseo y voluntad propia.
Sé que todo siguió sin mi,
pero un pájaro me contó
que a veces mi nombre resuena
 en los labios de algunos
y los pasillos aún hacen eco
de los pasos que yo di.
Quizá continúen pensando
que nadie es tan necesario,
pero cada vez que alguien se marcha,
nunca otro igual ocupará su lugar...
El vacío que dejamos al partir, 
 ya no es el mismo espacio 
que ocupamos al llegar.

Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay