Hacha de papel

Un día mi corazón curioso y preguntón, saltó de la cama buscando a papá,

Papá no estaba, fui a la cocina y mi mamá me contó la verdad,

 Hubiera preferido un “le contará cuentos a alguien más”,

Y lo único que pensé fue, que fue mi culpa,

Me he esforzado tanto por caerles bien, y me estoy muriendo, tan lento,

No sé cuál fue mi peor error, porque nadie me quiso arropar para dormir,

Ahora me dices que me amas, pero no estas para mí,

Yo hice todo para que estuvieran ahí,

Pero sigo viendo las horas pasar sin que llegues a quedarte un rato aquí,

Me dolió tanto, que decidí refugiarme en mamá, pero mamá es como tú,

Y me duele, con veinte y tanto, aún me duele,

Quiero irme de casa, no volver a estar junto a ustedes dos nunca más,

Pero, mi cabeza se pone a pensar,

En todos los momentos de felicidad, donde grite “mamá y papá estoy aquí”,

Escondida entre escombros,

Buscando el eco húmedo en las tablas mojadas de sus voces,

¿aún me seguirán buscando?,

porque nunca me moví,

han pasado 20 años, y

Hemos sido mamá y yo, solas, papá ya no está,

Y cuando viene no deja de quejarse de mí,

¿Qué fue lo que te dolió más?

Duermo sola, esperando que me lean un cuento para dormir,

Les pregunto a ellos, ¿si también están escondidos?,

Y me dicen estamos ocultándonos de papá,

Uno se denomina a si mismo adulto, cuando puede sentir el dolor de aquellos niños jugando a ser papás,

Atrapados con sus captores de por vida,

Un día, te ayudan a gatear, pero el día que sigue te gritan para que dejes de correr,

Se pierde la noción de cuantas veces mire bajo la cama buscando el monstruo que me asustaba al dormir,

 Pero nunca me detuve a mirar las paredes llenas de fotos, con las imágenes de mis abuelos, tíos, primos;

no miré más allá de mi nariz,

Pero varios monstruos existen aquí,

Mamá me recogió cuando me caí, supe de buena fuente que fue el mismo momento cuando su madre la tiro al suelo porque no quería dormir,

Veo en tus ojos el dolor, y no se como ayudarte,

Revives su voz en tu garganta y me exiges todo, 

esos abrumadores y explícitos deseos de tus antepasados no te alcanzaron y se proyectan de mí,

Pero una noche te vi,

No eras la perfecta silueta, que con tanta cólera metías la idea en mi mente,

 eras solo un humano, y con voz temblorosa y miedo a perderme lo admitiste,

Y dolió porque quería ser a tu imagen y perfección,

Pero cerré la puerta, te dibuje en un trozo de papel con un crayón y lo destroce,

Ahora puedes tapar tus oídos y cerrar los ojos cuando algo no te guste mí,

Y no lo dudes ni por un segundo, soy igual a ti.