Había rocío de llanto en el recuerdo y un nido sin voces.
Una huella de pies descalzos y a su lado versos escritos
en la arena como murmurando sombras.
Era un invierno sin plumas, sin mis tibiezas habituales.
Quietos los caballos y las hormigas dormidas esperando
los brotes del verano. Húmedo el recuerdo me sacaba
de mi hábitat acostumbrado; y trataba de leer los versos,
esos versos escritos en la arena, pero los iba quitando el viento.
La huella había entrado al río y ya no estaba y los versos
y mi desconcierto se mojaban en rocíos de tristeza.
Esperé que el sol saliese en tierna madrugada y en luces
tramara la esperanza necesaria en ese instante.
Y en mansedumbre siguiese el día con mi canto
que de pronto se hace arteria y pulsa en roja sangre
limpia de incomprensibles sueños, ya secos.
De mi libro “De esas musas veladas”. 2019 ISBN 978-987-87-0096-0
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2023 a las 10:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Henry Alejandro Morales
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