Desnudé todo su cuerpo;
con cuántas ansias
había esperado
que llegara ese momento,
años, siglos, eras, tormentos,
quizá una eternidad entera,
una vida más dos tercios.
Y fui de a poco,
con mano temblorosa
y un miedo atroz,
despojándola de sus ropas,
pétalo a pétalo,
descubriendo a cada paso,
lo selene de su cuerpo,
pintado de lunares,
como las estrellas
que penden del cielo.
Descubrí que sus hombros eran orquídeas,
almendras eran sus pechos,
su vientre volcán en llamas,
su espalda, un mar sereno,
sus piernas férreas columnas,
licor prohibido, su sexo.
Desnuda quedó su alma,
a mis caprichos y anhelos;
amarla fue la locura,
fue antídoto y fue veneno,
fue sumergirme en lo alto
de paraíso y averno,
fue querer que no acabara,
que nunca pasara el tiempo,
más lo grato es fugaz,
efímero cuál pensamiento.
-. PaR
Derechos Reservados
17032023
- Autor: Par (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de marzo de 2023 a las 19:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
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