El camino del vencido

El camino del vencido

ya se intuye entre escombros. 

Es tan sólo otro triste episodio

del trastorno crónico

en que me hundo en las noches

nunca oído jamás por los dioses

y así sin más qué gozo. 

Tú no me conoces, 

si ni tan solo yo me conozco un poco. 

 

Te me mezclas con la ausencia, 

la paciencia se me agota. 

Eres quien más me domeña

y hace de mí brotar las notas, 

da cauce a la esencia

que en mí habita sin demora. 

Tú lo tienes todo

y a mí nada me sobra

 

Admito que estoy dibujándote al borde

de un ataque de nervios

y si se me permite disentir 

de mis sentidos es lo correcto, 

como un arrebato de verdad yo lo siento

 

Ya retorna ilusión

en sí derrota lo que soy

cuando me notan aún algo puesto

y yo por ración y como toda protesta 

me acabo el resto

como es ella así de tierno

 

Ya no es ni carencia lo que siento

en esta decadencia de esfuerzos

por mi parte para ponerlo todo bien:

mi sed grita fuerte por todo terreno

 

Yo me invento mis reglas 

y si todo es un juego 

sonreíd pues al menos, 

que no sobran los jueves

ni el sufrimiento es eterno

en este afán subalterno

de robarte neuronas

sin la sola oración 

que me impida ser otro 

en la sombra remoto

naufragado en mis horas

todo atrás ya que avanzo

con el corazón desplumándolo

 

Sin querer te digo todo, 

una a una la de veces

que te haría yo el amor

 

Contemplo un rostro sin expresión

que impreciso se me torna

en mitad de tanto monte

y sé que ahora

es mi momento frente a frente 

con la muerte en esta hoja 

que me absorbe