Agonizante...

Despertar en el desierto esquivo de mi nostalgia,

arrullado por la fría sensación del desconcierto,

contemplando el desolado serpenteo de mi lecho,

respirándole con temor al nuevo día,

meditando en el sosiego amortiguado…de esta pertinaz melancolía,

refugiado en el silencio denso de mi alcoba,

con una impresión a desconsuelo que estrangula,

con una tristeza disimulada que se siente descubierta,

con una flojera incurable…que se manifiesta.

Despertar suspendido en el portal de la indiferencia,

atosigado por este sentimiento desencantado,

desconectado de la realidad…casi, así como decepcionado…

inanimado…

turbio…

exánime,

sin ninguna ilusión que me emocione,

sin ninguna razón que me levante,

con unas ganas de cruzar a lo perpetuo,

con unas ganas de huir de esta inquietud,

con una impotencia declarada que consume.

Despertar allí…en el precipicio de la incertidumbre,

con los ojos henchidos de lágrimas contenidas…

que desistieron dramatizar el escenario,

pero al filo del llanto,

con una desidia abrumadora que se hace hastío.

Despertar en esta soledad abundante de apariencias,

con un vacío repleto de horas desperdiciadas…

de minutos destemplados…

y segundos fugaces sin propósitos,

avanzando en este laberinto sin escapatoria…

en este enredo de pensamientos inútiles,

navegando en este charco de sentimientos frustrados,

esperando, con la mirada perdida…el ineludible desenlace.

Despertar así…se está volviendo cotidiano,

ya es habitual sentirme así…agonizante.