Una mañana cualquiera de un día cualquiera,
Posada en la rama de una higuera
Se hallaba una paloma negra,
Con sus ojos colmados de pena,
Que no disimulaba si quiera.
Yo miraba a esa paloma negra,
Y como que me transmitía su pena,
Pena viva de una herida abierta.
Su canto era una desgarradora endecha
Que se oía a leguas.
Las avecillas todas respetaron su pena,
Y aún la brisa de primavera
Guardo silencio por la pena de la paloma negra.
Violetas, rosas y madreselvas
Ofrecieron sus fragancias cuál caricias tiernas
Para aquella paloma negra sumida en su pena.
Yo le ofrecí este poema
Cómo consuelo a su amarga pena,
Para esa hora sin hora de razón muerta.
Ella me miró con un dejo de benevolencia,
Y su mirada fue un gesto de amor que penetraban en el alma henchida de inocencia.
- Autor: nando_barra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2023 a las 00:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: nando_barra
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