Primer acto
Era una noche fría con luces tenues en las calles, vientos flácidos casi imperceptibles, Marlena de rizos oscuros camina ansiosa por los senderos solitarios, con una sonrisa en su rostro come una manzana, recuerda tiempos antaño cuando ebria guiñaba a la muerte en una que otra ocasión festejando con sus amigas, despertando con uno que otro desgraciado que la hizo perder el tiempo.
Marlena riendo recuerda cuando lloraba entristecida.
Ella espera que la cena aún no esté servida, fantaseando con ser atacada, arremetida con la ropa rasgada sobre el mesón, ahogada entre la baba perenne, extasiada sobre el sofá...
Con la certeza de caminar el resto de su vida suplantando los recuerdos, y lo que una vez fue una bochornosa desventura, ahora sea un usual detalle, de un cotidiano día donde agradece ser feliz, con aquel extraño que se ha vuelto el de siempre.
Segundo acto
Sabina un tanto eufórica se levanta, cierra el puño y arruga su rostro como conteniendo la locura.
La energía cálida y amistosa que emana su cuerpo a veces, es el resultado de un sin fin de suposiciones, que la hacen ver feliz, que la hacen ver triunfadora en ese juego mental donde cada quién es un algo que alguien más condujo, llamada la fogata; sociedad.
Contemplando que en el fondo, por su padre; alcohólico por ratos y lucido aunque insensato, su mente razona con sensatez sobre la soledad que la persigue, soledad que ella ofrece refugio.
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Autor:
javiercastellano23 (
Offline) - Publicado: 31 de marzo de 2023 a las 21:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Nitsuga Amano, Omaris Redman
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