hoy, me lo dijo el espejo,
¡deja ya la resistencia¡,
¿canas y arrugas maquilladas?
¿para qué?.
Manos frías,
he perdido el calor, y el reloj ya no regala nada;
veo los días pasar esplendorosos como siempre;
mientras la noche no deja de llamarme,
siéntate, espera, ya pronto llega.
La damisela se despide, los perfumes y las cintas,
todo.
Se ha secado la fuente.
¡que catástrofe¡
vieja.
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