Y sigues ahí...

Miro por la rendija de mi pasado…

y sigues ahí,

tú no te has ido,

no sé por qué motivo…te imagino conmigo,

te presiento a mi lado,

no te has marchado…

por alguna inexplicable razón,

no te has borrado del olvido…

y sigues ahí…como suspendida,

prendida de los recuerdos,

divagando en la nostalgia,

deambulando por la espera.

Vas vestida de purpura…

con la ilusión desgastada,

con una aflicción disimulada,

con los ojos entristecidos pero serenos,

con un gesto de tribulación…en tu faz apagada,

como si algo te inquietara,

como si aún te importara.

Repaso nuestro apurado idilio…

y siento que se estremecen los sentidos,

no asimilo el porqué de ese adiós sin despedida,

no encuentro consolación a mi alma herida.

He tratado de evitar pensar en ti,

he insistido en alejarme de tu indolencia…

pero arremete tu fragancia…

y ese aroma me seduce y enloquece…

y me hace delirar con tu presencia…

a pesar de ser verdad… tu feroz ausencia.

Mil veces te anulé de mis pensamientos,

te saqué del corazón…y te aislé de mis emociones,

evadí ilusionarme nuevamente,

y juré, a cualquier precio…eliminarte de mi mente,

mil veces apartándote de mi sentimiento…

más fue en vano…pues siento que miento.

Miro por la rendija de mi pasado…

y sigues ahí…

tú no te has ido todavía,

te sigues cruzando en mi camino,

te encuentro a donde vaya…

improvisadamente … deliberadamente,

no es casual…ni eventual,

es el conjuro del destino,

es como un embrujo …

algo mágico…como un hechizo divino …

algo extraño…un raro presentimiento que nos sedujo.

Es un misterioso dolor… que muchos lo llaman amor,

un temblor devastador…que también puede ser esperanzador.

Miro por la rendija de mi pasado…

y sigues ahí…como esperando.