Había una vez un astronauta triste
Que lloraba fuertemente en el espacio:
Un día por fin se quiso matar; dentro de su traje desconectó decidido su tanque
Pero antes de morir de asfixia por la falta de oxígeno,
Con el cristal empañado y el casco empantanado,
Flotando en círculos el astronauta llorón murió ahogado y perdido en su propio llanto.
Comentarios1
una profunda soledad es que el espacio debe no tener ruidos al menos eso creo?
gracias por compartir poeta
genial cuento
besos besos
MISHA
lg
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