Asado familiar

Anne Black

Era un domingo de aquellos donde tiras un pedazo de vacío a la parrilla y mandas a tu señora a preparar la ensalada. - imagínate qué lindo estaba el día -. Eran como las 07:00 a.m. cuando me desperté empapado por la transpiración. 《Cagado de calor》 el aire acondicionado se rompió y el ventilador que tiraba aire caliente, la otra que quería que la abrazara y no se qué. Cuestión que me ahogue en mi propio sudor y dormí pésimo.  Bueno me levante, me pegue un duchazo, desperté a la bruja, y le dije que me iba a comprar la carne, pero me dice; "Gordo a esta hora no vas a encontrar nada abierto". La verdad que tenía razón, así que me fui para la cocina, puse la pava para unos mates y saque un paquete de galletitas. Le pregunte si se iba a levantar desde la cocina y lo único que dijo bastante alto fue; "Gordo, la puta que los parió, gordo". Y claro, ella quería dormir y yo rompiendo los quinotos con el mate, no le respondí nada, prendí la tele y deje la carrera que estaban transmitiendo en el doce. No se qué carrera era porque yo de carreras no entiendo un pepino, pero la deje de fondo como para hacerme compañía en lo que desayunaba solo. A eso de las nueve y media agarre la billetera y me fui a la carnicería; me traje unos choris, algo de pollo, matambre y asado. De ahí pase por la verdulería y compre la papa y zanahorias. Unas arvejas y huevos en el almacén y mayonesa para que Julia armara la rusa. El carbón ya lo tenía de la otra vuelta que fue el quince de una sobrina de Julia y me pidieron que me ocupara del asado, esa noche había sobrado un montón de carbón y yo me hice el boludo y me cargue un par de bolsas al auto, así bien de cara rota. Como cobrándome el asado espectacular que me había mandado. 《Comieron el mejor asado de la historia》ya volviendo me encontré con Tito, el mecánico, ese viejo habla hasta por los codos. Y claro, es de esperarse, el hombre está mas solo que loco malo. Me saludo y me alcanzó un mate lavado y frío, yo lo acepté para no quedar como grosero, viste. Cruzamos dos o tres palabras y me zafe como pude, no quería cocinar apurado o que la otra arrancara a meter presión porque la ensalada ya estaba lista y yo que no tenía ni el pollo cocinado.  
Llegue a casa a las diez y media con todo comprado, no entre ni la papa, me puse a encender el fuego porque eso tardaba un poco, y se escucha desde adentro un; "Gordo, tráeme la carne que la condimento". Le revoleé todo en la mesa y salí de nuevo al patio, metí el carbón a la parrilla y arranque con el fuego, despacito, tranqui. Encendí el equipo y puse un rato a Sabina, otro rato a Pomada 《 como para recordar un poco a mi viejo en esa época dónde yo era pibe y se armaba los asados los domingos. Supongo que me quedo de herencia seguir la tradición. 》 y termine con Daniel Cardozo y Mario Luis. Porque Julia hinchaba con que pusiera cumbia. Ya cuando el fuego estaba en marcha fui a la cocina a buscar la carne y demás porquerías que había traído de la carnicería, y le dije a Julia que se cebara unos mates mientras esperaba que se hirvieran las verduras, pero me saco cagando, me dijo que todavía no había sacado ni las zanahorias de la bolsa, que si quería mate que aguantara o que lo preparaba y cebara yo. En eso llega 《 como de costumbre, sin golpear... 》llega mi suegro con la criada. A mi suegro mucho no me lo banco viste, pero trato de mantener una relación amena por mi mujer. Mi suegra... y... mi suegra es medio hincha, pero no es mala. Capas por eso la trago menos que al viejo, porque cuando se dice, - "es hincha, pero no mala" -. Mínimamente carece de falsedad y a mi la falsedad me pone nervioso. Así que con ella el trato es un... - Qué tal doña -. No espero ni que me responda, pero ella igual lo hace, y siempre con la misma frase; "hola yernito querido". Para mi ese saludo es como decir; te saludo porque no me queda otra, y mas vale que la comida sea buena porque venir a perder el domingo en tu casa... ¡QUERIDO!  
Lo bueno es que el viejo mientras mira como va el asado con cara de aburrido, me va cebando unos mates callado y la vieja saca el cuero a los vecinos con las hijas en la cocina. Así que no viene tan jodido el mediodía. Por lo menos al viejo lo tengo con la boca cerrada cebando mate. La cosa es que ese silencio duró poco, porque de repente viene mi cuñado, 《ese al menos golpea antes de entrar》 llega a los gritos, como siempre, como para hacerse notar. Pero yo seguí con el asado, así que mi suegro fue a abrirle, a ver si así se callaba de una buena vez, pero no, él (como suele decir) repite la misma frase; "ya llego el alma de la fiesta, ya llego el alma de la fiesta, muchachos". Hasta estar seguro de que todos notamos su presencia. Entonces sale Julia a recibirlo con la madre y a meterlo para adentro. 《La condenada lo atendía como si fuera el presidente, y a mi me mando a cagar cuando le pedí que cebara los mates》y menos mal que se lo llevo, porque a mi con mi suegro me alcanzaba. En una de esas me pasa el mate y me dice; "Rafa, cuidado que no se seque". Lo mire con cara de; ¡obvio que no! y seguí con lo mío. Pero bueno, vamos al grano porque la estoy haciendo de chicle, ¿no te parece? En fin, la cosa se puso mas incómoda cuando nos sentamos a comer, Julia estaba con un humor de perros, la madre con su don de crítica se quejaba hasta del mantel que puso Julia. Las hermanas en una esquina hablando entre ellas, mi suegro con cara de "como callado porque después quién la aguanta..." y el hermano para romper con el hielo y la tensión que había tira un; "¿compro unas cervecitas?" Parece que no se le quita lo borracho a ese muchacho viste. Julia lo miro con esa cara que pone ella cuando te quiere decir que te calles antes de que arda Troya y yo aproveche para levantarme e ir a fumar un puchito afuera. La vieja que no tardo en sacarme el cuero con toda la familia... y lo sé porque cuando me acerque a la puerta se escucho que le decía a mi señora "¿ya consiguió trabajo tu marido Julia? Mira que ya está grande y cuesta mas, yo que vos agarro un palo y lo apuro". Pero no dije nada para no arruinar el domingo, no por mi, mas bien por mi señora. Ella se quedo callada porque me vio que estaba ahí, me miro con esos ojos de "sálvame"... así que entre preguntando si alguien quería mas carne; nadie respondió, entonces le dije a Juli que trajera el tiramisú de la heladera para servir, que yo le daba una mano con el café. 
Bueno, una vez que comimos el postre, tomamos el café, y la criada termino de jorobar con el chisme, agarre y propuse un truquito. Pero mi suegra no tuvo mejor idea que decir; - "por eso no conseguís trabajo Rafael, por andar perdiendo el tiempo con las cartas" -. Ahí me calenté para el carajo, lo único que agregue fue que se fuera a la mierda. La vieja con cara de sorpresa, me miro, se levanto y dijo, "vamos". Y menos mal porque yo tenía atragantado un montón de palabrotas que se merecía escuchar. 
Si me preguntas que dijo Julia a todo esto, no dijo nada, ella seguía comiendo el tiramisú...
 La cosa finalizo en un apretón de manos con mi cuñado y mi suegro; mis cuñadas y la vieja salieron ofendidas. Se hizo una pausa hasta que se escucho el portazo y mi mujer dijo medio riéndose; - "¿juntamos la mesa?" -. 
Creo yo que desde ese, "juntamos la mesa", salvamos lo que quedaba del domingo. Igual le propuse dejar todo así e ir a dar una vuelta en el auto; terminamos en la plata escuchando a Cacho y cantando juntos.

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  • Autor: Anne Black (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de abril de 2023 a las 00:01
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 22
  • Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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