Disimulada gotera

Recuerdo la niña que caminaba conmigo

de gancho por el patio del colegio,

después de la clase de teatro,

mientras escuchaba atentamente

mis desamores.

Y al principio de la uni acompañaba mis “vacíos”,

cuando me aterraba la soledad y el ridículo

de ese nuevo mundo.

Recuerdo la chica universitaria con la que,

de vez en cuando, hablaba en la cafetería

sobre diplomacia, artes marciales y filosofía;

la misma que de vez en cuando, sin querer queriendo,

me hacía sentir especial y recordado.

Recuerdo a esa mujer que torpemente

invitaba a salir porque me generaba

sentimientos confusos,

y ella amablemente compartía

conmigo su tiempo, a pesar de su

estresante agenda adulta.

Recuerdo cuando ella se volvió profe

y me atrapó sin proponérselo desde la distancia

con su valentía, alegría y autenticidad.

Gracias a Dios hoy puedo

decirle de frente a esa bella mujer:

Ya no caminamos por el patio del colegio,

ahora el mundo entero es nuestra escuela

y nuestro patio,

y que teatro contigo nunca habrá.

Ya no te quiero volver a contar de

mis desamores porque

eres una nostálgica que me

borró todas las nostalgias.

Mi vida ya no tiene "vacíos"

y la soledad y el ridículo los puedo vencer solo,

pero quiero tu compañía,

ahora que mi vida está llena y soy valiente.

Ya no vamos a la misma cafetería,

pero seguimos hablando de diplomacia,

artes marciales, filosofía, psicología,

música o simplemente de la vida.

Ya no me generas sentimientos confusos,

y te puedo invitar a muchas citas como en los 50,

para compartir nuestro tiempo,

a pesar de nuestras preocupaciones adultos.

Ya no eres la profe de la que me hago

ideas a la distancia,

ahora que te puedo visitar, se que eres

real en toda tu complejidad.

Nati Nat, Nata, Natalia:

No entiendo cómo sucedió esto,

igual no me interesa saber

ni explicarlo.

Lo único que se, es que tú,

sin darte cuenta, me conquistaste despacio,

me inundaste como una disimulada gotera.

Te pido por favor que no me pidas que saque

el agua,

porque te quiero en mi vida.

Te quiero para hablar y estar en silencio.

Te quiero para ser, estar y hacer.

Te quiero, sencillamente,

te quiero

y por eso quería preguntarte si tu quieres...