AVISO DE AUSENCIA DE Romey
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Azul pátina pinta de triste la mirada
somnolienta, atravesada entre sables
de luz éterea, sangrante, y aún intacta,
a la sombra de unas ramas, en el aire
donde las rimas cobran propia vida
para salvarse, pues nunca es tarde;
tampoco hay barrera inderribable
y cada intento vale la gloria infinita.
Contemplación apoteósica, o senso,
que fácilmente transporta a bucólicas
praderas, vayes fértiles, y aquí acerca
la selva: segundo cielo, fecundo seno,
medicina contra la depresiva cólera
el sueño enseña sus dientes de fiera...
- Autor: Romey ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2023 a las 13:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Eduardo
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