SU DUEÑO ERES AUN EN UN SUEÑO

GDA



Envidiable es la ventura tuya varón,
hombre de voz que circunda y con aureolas
de lentejuelas repletas de silencios que enamoran
a la dama cuyo centro se serpentea
y se estremece sobre sus gamas de colores.

Grande dicha, la que te extasía,
caballero de singular efusión,
de poder sumirte entre las olas
de su pampa en la que te envuelve y besa…
arrebatos en las que al cielo juntos se van,
serenidades en las que luego se vienen
y entre enajenamientos y retornos,
en un concierto de gimoteos ella te ama,
con su delicadeza y serenidad, como ninguna;
y el universo en su inmensidad parece pequeño,
porque sus sentidos fielmente te adoran
inmersa en este amor que la mantiene inquietante,
en la que ella vuelve en sí bajo la luna
y su dueño eres aún en un sueño.

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