Anatomía del Dolor: Poesía del cobarde

Manuel Calderon Alvarez

Había llovido mucho desde la última noche

Desde aquella vez en que las lágrimas rodaban por el cristal de mis lentes

Pero el sufrimiento nunca se fue realmente

Simplemente lo sufría en silencio o lo calmaba con la manzana de los vicios

 

No busco rimas asonantes ni asonantes

¿Ni siquiera busco hacer poesía, o sí?

La poesía es todo sentimiento que le sobra al corazón y sale por la mano

Desde el fondo de corazón, arañando la válvula mitral, desgarrando cada una de sus músculos papilares, lo único que me sobra es dolor

Un desasosiego sordo, que ha vivido allí por años ya, dañando a mi ser como cualquier enfermedad con los años

Silente como la insuficiencia renal, pero poco compatible con la vida cuando lo notas

O al menos, con una vida que valga la pena ser vivida.

 

Escribo estos versos mientras deseo llorar, pero no comprendo por qué no corren las lágrimas por mi mejilla.

Pero con un veneno que aunque irreal, doloroso como cualquier otro, invadiendo mi aorta e inúndandome de sentimientos oscuros, impropios para la vida.

 

Y es que puedo decirlo, estoy muerto en vida, pero sigo describiendo mi dolor en estos versos, porque me conozco, cobarde, cobarde castigo que me merezco, seguir muriendo en vida.

No soy capaz, no soy capaz de tomar la pluma y armarme de valentía para acabar con ella.

Sin embargo la desesperanza me invade los queratinocitos mientras me siento insignificante

 

¿El trabajo realmente sirve? ¿Los libros leídos? ¿Ser bueno?

No lo parece, me nace, me nace aportar desde mi corazón, pero todo lo que recibo a cambio es la mera nada.

Existen castigos peores que la muerte, no quiero exagerar, pero cuando llevas años lidiando con la paridad, cuando has tratado de estimular la despolarización, tus polos cerebrales más arcaicos regresan a recordarte lo que es vivir en monotonía, y te invitan.

Te invita a tomar esa pistola que está a unos cuantos pasos y a darle fin a todo este viaje de sensaciones de homogeneidad y finalmente cambiar el rumbo del camino.

La amígdala y el hipocampo te lo recuerdan, recuerdan que este sufrimiento no va a pasar, esto no va a terminar si no lo haces tú, ya llevas años así y el mundo no lleva más que hacerse peor, sabes que es la mejor decisión, pero eres un cobarde.

  • Autor: Manu (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de abril de 2023 a las 04:23
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 14
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Comentarios +

Comentarios1

  • LUIS.RO

    No es un acto de cobardía no romper con la amada, ni no atreverse a acabar con la vida propia. Todo está en el cerebro.
    Se que es un poema que tal vez no tenga nada o muy poco que ver con su vida. pero escribimos para que llegue al lector y el suyo llega. Enhorabuena.
    Yo no me planteo si he de romper o amargarme el estado cerebral, me cojo una buena cerveza fría y un abundante plato de gambas, langostinos o crustaceos no de diario , y hago mi extraordinaria venganza (quererme a mi mismo) , en mi mente yo soy el primero, mi "sevaritísmo", y que se mueran los feos.
    A mi me funciona, pruebe lo, tal vez se de cuenta que cuando Vd. se muera se ha muerto quien mas lo quería.
    Un abrazo



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