Silenciosamente, entre sombras

Romey


AVISO DE AUSENCIA DE Romey
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.

 

Indulgentes surgen de la luz tambaleante

cual olas extraviadas que solas se baten

contra las rocas gigantes en costas rivales

 

Nacen vestidos de imaginarios diamantes

esperando la próxima vida desde antes

con la mente colmada de mensajes

cuya moraleja tal vez nadie capte

 

Aislándose hasta del aire duermen

en un mundo aparte como la muerte

durante instantes bastante breves

que dispares eternidades contienen

 

Conscientes saltan aureos raudales

y caen en los torrentes verticales

donde siempre van a desmayarse

los rayos solares y las altas aves,

los heridos de tiempo que notan

distante el pensamiento de las otras

personas, silenciosamente, entre sombras

 

La mirada levantan bajo un mar de lágrimas

conjurando el huracán que está en sus almas

aladas, de pura agua, y oscuras, como la sangre

 

Evocando lejanos paisages del mal se evaden

en alguna nocturna gruta subterránea, resonante,

para conciliar las tristezas que asedian constantes

mientras cantan en lenguaje ancestral el poema inolvidable

 

Solo amor complace sus sentidos refinados

tejidos del hilo del que tiro delirando

  • Autor: Romey (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de abril de 2023 a las 07:01
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 21
  • Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • Carlos Eduardo

    Indulgentes surgen de la luz tambaleante

    cual olas extraviadas que solas se baten

    contra las rocas gigantes en costas rivales



    Nacen vestidos de imaginarios diamantes

    esperando la próxima vida desde antes

    con la mente colmada de mensajes

    cuya moraleja tal vez nadie capte



    Aislándose hasta del aire duermen

    en un mundo aparte como la muerte

    durante instantes bastante breves

    que dispares eternidades contienen



    Conscientes saltan áureos raudales

    y caen en los torrentes verticales

    donde siempre van a desmayarse

    los rayos solares y las altas aves,

    los heridos de tiempo que notan

    distante el pensamiento de las otras

    personas, silenciosamente, entre sombras



    La mirada levantan bajo un mar de lágrimas

    conjurando el huracán que está en sus almas

    aladas, de pura agua, y oscuras, como la sangre



    Evocando lejanos paisajes del mal se evaden

    en alguna nocturna gruta subterránea, resonante,

    para conciliar las tristezas que asedian constantes

    mientras cantan en lenguaje ancestral el poema inolvidable



    Solo amor complace sus sentidos refinados

    tejidos del hilo del que tiro delirando



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.