Detrás del cuenco azur,
duendes de sal gimen como Dios.
Tocan con sus uñas y sus ojos de mimbre,
el cielo de fieltro que cubre el pasto.
Y es que hoy soy la cruz
que reposa bajo un río verde,
y con mi cuerpo de mármol,
me hago frío y me voy...
Pues, la corriente es lo que
transita mi torso como las
veredas transitan la vida,
y los bichos de la urbe.
- Autor: Joaquín Adduci ( Offline)
- Publicado: 20 de abril de 2023 a las 22:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Omaris Redman, alicia perez hernandez, Nitsuga Amano, Mauro Enrique Lopez Z.
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