Nocturno VII
“Carta a un ángel”
La noche está llegando a su fin
ella agoniza sobre su insomnio y le arranca minutos al día
mientras sobre las sombras, usted vigila las madrugadas,
remueve el sepulcro del piso
enciende llamas en cenizas del viento
y cada vez que la noche dibuja su espejismo
le recuerdo a gritos que usted ha muerto
yo le he cortado las alas
porque un adiós debería ser una muerte para siempre
aunque vivas dibujado
sobre una luna que he enmudecido.
La misma noche ha sido testigo
ella conoce todas mis proezas
corona todas las batallas que he perdido
susurra el eco de mis palabras
y justo cuando al sueño me entrego
sigues apareciendo en mis pensamientos
mientras yo te grito: ¡Ahora yo soy amanecer!
Corrías las ventanas, volabas sobre mi cuarto
jugabas a ser puro
mientras abrazaba tus alas,
dormías en mi cielo, conocí tu divinidad
y cuando me mirabas
aniquilabas la cruda realidad de la noche
arrastrándome a un mundo desconocido
sintiéndome querido lleno de vida
porque mis pulsaciones rezaban tu nombre
y mi alma se dejaba iluminar por tu presencia angelical.
Pero todo era mentira.
Y aun así te alimentaba,
Mi ser se aferraba, creyendo que eras luz
Pero aun así seguía en oscuridad.
Cuando amanecía y volvía a la realidad
te veía volar por los pasillos
me mirabas entre el tumulto de la inconsciencia,
congelabas las horas, tejías un aleluya
Y me cegaba tu presencia de ángel
mientras yo aguardaba la esperanza
y le pedía a Dios que colisionaras conmigo
porque admiraba tu sonrisa perlada.
Cazarte por los pasillos, vislumbrar su timidez
Y entregarla en expiación
Pero fuiste dejando tus alas envenenarse
hasta el punto de no conocerte
has revelado tu verdadera naturaleza
eres malvado, me has engañado
eres un ángel caído.
Ahora veo a la noche morir
ella ha sido testigo
y recoge todas mis miserias
corona todas mis batallas
y me envuelve en su enojo
en este instante vuelas hacía otros paraísos,
te has entregado a los monstruos de la noche
de los cuales creí que conocías
y justo cuando ya falta poco para que amanezca
sigues apareciendo entre mis sueños
y de mi alma le grito a la oscuridad de tu nombre:
que ya moriste, ahora soy libre.
eres un ángel caído.
¡El amanecer me iluminó!
Y cuando la luz de la mañana toca mi cuarto
y me atrevo a cargar con mi vida nuevamente
puedo verte volar por los pasillos de la realidad
a veces trato de buscarte con mi mirada
como quien busca tierra en un mar muerto
y desde mi mundo puedo verle sonreír
pero ya sus ojos no me miran
y mi mente le reza a mi inconsciencia:
“Me enorgullece morir
Porque ahora soy libre
he conocido la luz verdadera”.
Pero aquí me tienen nuevamente
temiéndole a la noche y a sus demonios
esos que aparecen a altas horas de la madrugada
y te recuerdan de donde provienes
resulta que veo a la noche llorar en sus delirios
recordándome que algo se fue para siempre
porque un adiós no es muerte, es vida,
mis ojos cansados se han entregado al descanso
y la confianza que me deja la luz verdadera…
Así te dejo volar hacia otros paraísos...
y al despertar,
con el amanecer tocando mis pupilas
la libertad quebranta mis emociones
y me grita de garganta:
¡Tranquilo todo fue un sueño
ha transcurrido en tu cabeza!
Y cuando amanece para vivir nuevamente
te veo caminar por los pasillos como un simple mortal
sin alas, ni aureola ni con tus vestiduras blancas
manchado por la cotidianidad de este mundo oscuro
y entre mis oraciones le pregunto a Dios
ese mismo que asegurabas adorar
que defina el porqué de tu existencia
porque al conocer tu verdadera esencia
esa que maquillabas con la luz
pero al final era mentira
porque antes yo estaba en tinieblas
pero ahora puedo ver
yo tengo luz verdadera.
Jaybert Jurlian Escalona
- Autor: Jaybert Jurlian (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2023 a las 10:28
- Categoría: Carta
- Lecturas: 6
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